OCUPADO.
Nombre: Aleksei Collins Baker.
Edad: 20 años.
Universidad a la que asiste: Princeston
Historia: Desde pequeño a Aleksei le apasionó la literatura, le encantaba leer, no solo libros de cuentos y poesías sino que también le interesaban las biografías de dichos escritores. ¿Por qué la literatura y en qué momento? Cuando era pequeño quedó huérfano, aún recordaba a sus padres y el horrible final que estos tuvieron. El escribir y leer lo ayudaba a olvidarse de los demonios que llevaba consigo, aquellos que nunca se fueron y permanecen atados a él. Poco a poco se dio cuenta que aquello le gustaba, le gustaba la literatura más que nada en este mundo y tenia claro que quería estudiar algo relacionado con aquello.
Cuando cumplió los dieciséis se escapo del orfanato, ya que se dio cuenta que jamás lo adoptarían y que si permanecía allí hasta los dieciocho, perdería toda las oportunidades de poder estudiar algo que realmente le gustase. Logró aquella meta, vivía en el propio instituto en el cual estudiaba pero, como era obvio, nadie sabía aquello ya que sería el centro de burlas e insulto, prefería pasar deaparcibido durante la secundaria así que durante esa época no tuvo ningún amigo.
Personalidad: Frío y calculador, quizás algo borde a veces pero en realidad es una persona amable y la cual no busca problemas. Pero eso si más vale no enfadarlo ya que puede ser agresivo y hacer más daño verbal que físico.
Estudios que cursa en la universidad: Filología Inglesa
Fraternidad a la que pertenece: Pi Kappa Alpha.
Clubes a los que pertenece: Arte y fotografía.
FC: Cole Sprouse.
Curiosidades: Tiene como afición hacer fotos, es como una diversión y entretenimiento, gracias a ello a conseguido recaudar dinero ya que tiene un pequeño estudio. Algo que nadie sabe es que oculta un gran secreto. También hay que añadir que le apasiona el arte, le encanta ir a museos en los cuales pasar las tardes rodeado de cuadros y esculturas.
Nombre: Aleksei Collins Baker.
Edad: 20 años.
Universidad a la que asiste: Princeston
Historia: Desde pequeño a Aleksei le apasionó la literatura, le encantaba leer, no solo libros de cuentos y poesías sino que también le interesaban las biografías de dichos escritores. ¿Por qué la literatura y en qué momento? Cuando era pequeño quedó huérfano, aún recordaba a sus padres y el horrible final que estos tuvieron. El escribir y leer lo ayudaba a olvidarse de los demonios que llevaba consigo, aquellos que nunca se fueron y permanecen atados a él. Poco a poco se dio cuenta que aquello le gustaba, le gustaba la literatura más que nada en este mundo y tenia claro que quería estudiar algo relacionado con aquello.
Cuando cumplió los dieciséis se escapo del orfanato, ya que se dio cuenta que jamás lo adoptarían y que si permanecía allí hasta los dieciocho, perdería toda las oportunidades de poder estudiar algo que realmente le gustase. Logró aquella meta, vivía en el propio instituto en el cual estudiaba pero, como era obvio, nadie sabía aquello ya que sería el centro de burlas e insulto, prefería pasar deaparcibido durante la secundaria así que durante esa época no tuvo ningún amigo.
Personalidad: Frío y calculador, quizás algo borde a veces pero en realidad es una persona amable y la cual no busca problemas. Pero eso si más vale no enfadarlo ya que puede ser agresivo y hacer más daño verbal que físico.
Estudios que cursa en la universidad: Filología Inglesa
Fraternidad a la que pertenece: Pi Kappa Alpha.
Clubes a los que pertenece: Arte y fotografía.
FC: Cole Sprouse.
Curiosidades: Tiene como afición hacer fotos, es como una diversión y entretenimiento, gracias a ello a conseguido recaudar dinero ya que tiene un pequeño estudio. Algo que nadie sabe es que oculta un gran secreto. También hay que añadir que le apasiona el arte, le encanta ir a museos en los cuales pasar las tardes rodeado de cuadros y esculturas.
OCUPADA.
❀ Nᴏᴍʙʀᴇ﹕ Peach Mey.
✦ Aᴘᴇʟʟɪᴅᴏs﹕ Lipton.
✫ Eᴅᴀᴅ﹕ 20 años. | 14 — 06 — 1997 |
❀ FC﹕ Leighton Meester.
✦ Nᴀᴄɪᴏɴᴀʟɪᴅᴀᴅ﹕ Francoestadounidense.
✫ Cᴀʀʀᴇʀᴀ ϙᴜᴇ ᴄᴜʀsᴀ﹕ Ciencias empresariales — Economía.
❀ Fʀᴀᴛᴇʀɴɪᴅᴀᴅ﹕Kappa Alpha Theta.
✫ Hɪsᴛᴏʀɪᴀ﹕ Si nacer con todas las comodidades del mundo supone algo en un infante que se está criando, es acostumbrarle desde pequeño a que todo lo que pida o desee estará al alcance de sus manos. O, exactamente, al alcance de la mano del criado que se lo ofrezca, seguramente en una bandeja de plata.
Así fue cómo se inició la vida de Peach, la hija menor del matrimonio Lipton, una familia acomodada que aún hoy en día tiene su sede y domicilio central en Nueva York, en el barrio del Upper East Side.
Todas las comodidades y lujos que la vida le presentaba venían dadas por el hecho de que su padre, Edward Lipton, es el hijo mayor y heredero de Martin Lipton, uno de los socios fundadores de uno de los mayores y más importantes bufetes de abogados de renombre en la ciudad de Nueva York, y en todo el Estado: Wachtell, Lipton, Rosen & Katz.
La posición dentro de entrar a heredar el bufete, o tomar una parte muy activa en este, nunca fue de gran relevancia en cuanto a Peach por sus padres, ya que al ser solamente la nieta de uno de los fundadores, no sería quien recibiese una gran suma de dinero directamente derivada. Esto lo haría su hermano mayor, heredero directo de la fortuna Lipton y las acciones que ello conlleva el apellido.
Su madre, Vivienne Debouzy, una francesa hija de otro gran abogado, concretamente de uno de los fundadores del bufete August y Debouzy, fue quien se encargó de controlar y manejar la educación que la pequeña recibiría desde su más tierna infancia.
Al igual que seguramente le pasaría a los infantes Lipton, el matrimonio entre Vivienne y Edward no fue fruto de un gran amor o de una aventura digna de contarse como anécdota paradigmática. Fue, simple y llanamente, una unión beneficiosa que los padres de estos habían arreglado, un matrimonio de conveniencia.
Y aunque el amor no fuese lo que primase en el hogar de los Lipton, sí que tenía lugar la ambición, las ganas de superarse, y la ambición por el poder y el dinero. A fin de cuentas, cuando se tiene dinero, sólo se quiere más. Y cuando ya se tiene tanto dinero que ni lo puedes contar, sólo quieres el poder, el siguiente paso.
Peach y su hermano recibieron una educación esmerada, en todos los campos que se pudiesen aspirar (ciencias, letras, artes…), pero lo hicieron desde la comodidad de su propia casa, supervisados tanto por su madre como por un sinfín de institutrices.
Tuvieron una vida tranquila, colmados de atenciones y elogios, sin mayores altercados ni percances hasta que Peach cumplió los dieciséis años.
Si hasta esa edad había sido una señorita bien modosa y con unos modales que despertarían la envidia de cualquier experto en protocolo, cuando la inscribieron finalmente en el instituto para hacer los últimos cursos previos a la universidad, todo cambió. Presumiblemente para mal, dependiendo del punto de vista desde el cual se observase la situación.
Rápidamente la camarilla de populares se fijó en ella, las abejas reinas del centro. Y aunque lo habitual al ser una recién llegada al mundo adolescente del instituto sería haberla hundido y haberla machado por este hecho, había algo que la salvaba. Su dinero, su apellido, y su porte.
Era una joven de buen ver, atractiva, y que pronto aprendió a hacer uso de las armas de seducción de las que disponía, en palabras de aquellas que consideraba sus amigas.
Coqueteaba con el alcohol, el sexo, y el tabaco en cada fiesta a la que asistía, que no eran precisamente pocas, y aunque en varias ocasiones le ofrecieron probar más drogas, ella las rechazaba. “¿Por qué colocarme para ver cosas mejores cuando puedo verme en el espejo?” era lo que Peach respondía.
Su hermano Max la ayudaba a encubrir aquella multitud de juergas a los ojos de sus padres, quienes no intuían nada ni sospechaban el cambio radical que su princesita había pegado ya que sus notas se mantenían en un buen promedio, lo cual le exigían para concederle aquella libertad de la que tanto abusaba.
Al ser la más comedida de su grupo de amistades populares nunca llegó demasiada borracha a casa ni tuvo que arrepentirse al día siguiente de haberse acostado con algún baboso indeseable que bajo los efectos de la droga le hubiese parecido un gran príncipe azul.
Pero ser la más responsable (dentro de lo que cabía), conllevó que se enterase de todo, y de que tuviese que cuidar de alguna de sus amigas cada vez que estas se pasaban. Cuando alguna se encontraba tan borracha que apenas le faltaba un punto para llegar al coma etílico, Peach dejaba a un lado su vaso de cerveza barata y llevaba a aquella amiga a tomar el aire afuera.
En uno de esos recesos en las fiestas, cuando salió con su amiga Felicity, esta última iba tan borracha que, entre risas que más parecían sollozos, le confesó algo que al parecer nunca había dicho en voz alta ni le había contado a nadie:
En la primera fiesta del último año de instituto, dos meses antes de la fiesta en la cual se lo contó, Felicity había sido acosada por un chaval incesante de un instituto vecino para que se acostase con él. Ante las negativas de la chica, este se tomó la justicia por su mano para obtener lo que quería y acabó por drogarla. Esto culminó con una violación a la joven que, aún sin tener ni las más mínimas facultades, fue consciente a la mañana siguiente de lo que había sucedido.
Aunque Peach le asegurase que no lo iba a contar cuando su amiga se lo rogó, se dio cuenta de que aquello era demasiado serio para no decírselo a nadie y para no intentar enmendar el gran error ajeno que podría haberle hundido la vida a su amiga.
Por ello, sabiendo la importancia que tenía su padre y que podría ayudarla fácilmente a resolverlo, decidió decírselo a Edward. Confesar el secreto de su amiga conllevaba admitir que ella misma iba a las mismas fiestas, y que ella misma podría haber acabado en una situación parecida.
Obtuvo un monumental castigo que conllevó que no pudiese volver a salir de fiesta en lo que conllevaba de curso, lo cual ella aprovechó para emborracharse en casa como método de venganza.
Pero también obtuvo la justicia para Felicity, cuyo agresor acabó en la cárcel gracias a los contactos e hilos que el padre de Peach había movido. No lo admitiría en voz alta, pero en cierto modo se sintió orgullosa de sí misma por aquella decisión que había tomado.
Finalizó el curso con la misma media de notas que sus progenitores esperaban de ella, rozando la nota máxima por muy poco. Esto habría podido conllevar que obtuviese becas para estudiar en la universidad que quisiese, pero ni necesitaba el dinero de las becas, ni podía escoger la universidad que más le gustase.
Sus padres ya habían decidido que Peach estudiaría en las universidades en las que ellos se habían graduado, así que realmente sólo podía escoger entre las prestigiosas universidades de Stanford y La Sorbona.
La idea de estudiar en Europa se le antojaba deliciosamente sofisticada, pero el gran impedimento era la lengua francesa, en la cual no se veía capaz de manejarse a pesar de que sus conocimientos no eran precisament pobres.
Por lo tanto, la única opción posible que le restó fue la de irse a estudiar a Stanford, donde su hermano ya llevaba estudiando desde antes que ella al ser el mayor de los dos.
Se le dio a la castaña la misma libertad para elegir qué carrera cursar como para realizar la elección de en qué entidad la llevaría a cabo: sólo tuvo dos opciones, las dos bastantes limitadas.
Podía estudiar Derecho, como casi todos sus familiares habían hecho antes que ella para formar la tradición familiar.
O podía estudiar Ciencias Empresariales para así poder hacerse cargo de la administración del bufete familiar, un aspecto bastante más técnico y económico pero que seguiría dentro de lo aceptable familiarmente hablando.
Se decantó por estudiar Empresariales, algo que se le hacía más afín a sus ideales, lo cual resultaba ciertamente irónico dado que era una de las muchachas más aficionadas a despilfarrar grandes sumas de dinero solamente en caprichos y prendas de ropa.
El primer curso en la universidad no fue en absoluto memorable dentro de lo que Peach destacaría, dada que la rutina fue la habitual una vez se hubo hallado lejos del ratio de control de sus padres. Como mucho resaltaría su admisión en la fraternidad más codiciada del campus: Alpha.
Tal y como se había comportado en Nueva York en los meses previos a su castigo, las fiestas se sucedieron, el alcohol abundaba, y no había apenas un muchacho con el cual no tratase de acostarse.
Pero aunque siguiese manteniendo su vida social tal y como la conocía (siempre de la mano de Felicity), no dejaba que sus notas decayesen. Le gustaba empinar tanto los codos como las rodillas, y no era algo de lo que se avergonzase.
Consiguió sacar aquel primer curso sin ningún impedimento, y a modo de recompensa, consiguió que sus padres le regalasen un viaje con todo pagado a París, donde la familia materna que le restaba vivía. Allí fue donde pasó todo el verano, conociendo la lengua, cultura, y a algún que otro atractivo francés.
Cuando hubo de retornar de París, casi lo hizo a regañadientes, y una parte de ella se pensó si pedirles a sus padres el traslado a aquel país para continuar con sus estudios universitarios.
Mas el factor decisivo fueron sus relaciones sociales, las cuales pesaron más en la balanza para hacer que se quedase estudiando en Stanford: su mejor amiga continuaría allí, al igual que su hermano, quien acabaría sus estudios ese mismo curso.
También empezaría la universidad la prometida (a regañadientes) de Maxwell, Theresa. Y si si círculo social se hallaba allí, ya que también estaban Drew y Jules Katz, el resto de herederos, ¿qué sentido tendría ser la oveja negra que huía de la monotonía para irse a París?
Así que, al comienzo del curso, se hallaba bien disciplinada de vuelta en California, y el resto del curso transcuyó de la misma manera que se había desarrollado el primero: fiestas, sexo, alcohol, estudiar, y salir de compras.
La vida de Peach Lipton no podría verse alterada ni siquiera aunque un asteroide destruyese toda forma de vida conocida en el planeta.
Salvo por el leve detalle de que sus padres ya le habían dejado caer en alguna que otra ocasión (más de las que le hubiese gustado) que quizás debería empezar a pensar más en su futuro. Y dado el acuerdo matrimonial al cual su hermano mayor estaba sometido, Peach sabía que sus progenitores no hablaban de que cuidase más su notas.
Sabía que más tarde o más temprano acabarían prometiéndola en matrimonio con el hijo de algún socio del bufete de abogados WLRK, una unión que los beneficiaría a todos a la larga, o al menos esa es la excusa que le pondrían a la fémina.
Decidió tomárselo por su propia mano, ya que si sus estudios no iban a servir para nada al verse forzada al convertirse en una esposa trofeo, lo haría bajo sus propias reglas y elecciones.
Afinó más el tiro en cuanto a sus relaciones esporádicas con muchachos se refería, y aunque era cierto que no le hacía ascos a una cara bonita con una cuenta bancaria no muy destacable, empezó a mirar más por salir con jóvenes que fuesen notables tanto por su atractivo como por su dinero.
Coincidió que uno de sus compañeros de carrera cumplía con todos los requisitos que Peach requería: Cedric Godfrey era atractivo, con una buena cuenta bancaria a su disposición, y no le resultaba tan repulsivo como el resto de personas a las que la morena conocía.
Aunque al principio mantuvo el resto de opciones abiertas ya que dudaba poder obtener el más mínimo compromiso no dañino por parte del joven, la jugada acabó saliéndole torcida a la chica cuando se dio cuenta de que su intención de prescindir de los sentimientos no había salido tal y como ella esperaba.
Al final obtuvo un resultado que ella misma no habría esperado, ya que consiguió que Cedric le pidiese que saliese con ella, admitiendo que el sentimiento de gustar no funcionaba de manera unilateral desde la muchacha hacia su reciente pareja. Eso era dado ya que él también había admitido que le gustaba ella, aunque le restaba la duda de si lo había dicho únicamente porque la situación de malestar entre ambos era tal que sólo restaba aquella opción como salida.
Esto acarreó consigo una boda, aunque Peach no daba crédito de que pudiese ser algo a tomarse en serio ya que no esperaba que sus planes de buscar su propio futuro marido fuesen a dar sus frutos tan rápido. Mas llegaron incluso a acordar una fecha para la inminente boda que no parecía tener nada de broma, el diecisiete de julio.
Aparte de acarrear una boda, la relación con Cedric también conllevó que el círculo social de Peach se ampliase, y aunque en algunos casos no fuesen del agrado de la morena aquellas nuevas personas, algunos individuos sí que lo fueron.
El caso que más le llegó a sorprender a la joven fue cómo consiguió intimar con Edwin (no en un sentido sexual, aunque había estado en su lista de objetivos para un encuentro sexual), a quien llegaría incluso a considerar uno de sus mejores amigos. Lo más sorprendente de este hecho es cómo no parecían tener nada en común, ni siquiera sus orígenes, fraternidades, o modos de vida, pero a pesar de todo ello le tenía un aprecio enorme.
Mas el campo de rosas que constituía la vida habitual para Peach Lipton se vio interrumpido por la ruptura de su compromiso matrimonial y de la ruptura de la relación por parte de Cedric, quien se dio cuenta de que aquello no era algo que se ajustase a su persona.
A pesar de que desde un principio ambos hubiesen dejado claro que no buscaban nada más allá del beneficio individual que les pudiese aportar el compromiso a cada uno, mucho menos sentimientos, Peach no pudo evitar que los sentimientos hacia su expareja hubiesen aflorado. Y esto conllevó que más allá de que le gustase, acabase queriéndole.
Con unos sentimientos con los cuales no sabía lidiar, y con el curso universitario y su segundo año ya finalizados, retomó lo que no dudaba que se volvería una costumbre: volver a viajar durante el verano.
Mas el destino escogido por la morena se vio variado en relación al previo verano que había pasado en París con su familia materna, ya que decidió hacer turismo en tierras más cercanas a su lugar de nacimiento, decantándose por Nueva Jersey. Y, para ser más concretos, el destino escogido no fue otro que la ciudad de Princeton.
Se le había ocurrido una idea quizás no demasiado factible durante los últimos días del curso allá en Palo Alto, y dicha idea no incluía más factores que el hecho de pedir estudiar un año fuera, seguramente con algún programa de intercambios.
La universidad con la cual quería establecer el intercambio no era otra que la prestigiosa universidad de Princeton, allá en la cual Olivier Debouzy, su abuelo y cofundador del bufete de abogados August y Debouzy, se hubiese sacado la carrera de Derecho.
A la idea del intercambio se le sumó Theresa Wachtell, su “amiga” y futura cuñada, con la cual también había decidido viajar a Nueva Jersey para evaluar las oportunidades y condiciones que la futura universidad en la cual estudiarían les podía ofrecer.
❀ Pᴇʀsᴏɴᴀʟɪᴅᴀᴅ﹕
Peach es una persona extremadamente narcisista, valorándose a sí misma sobre todo lo demás, y anteponiendo sus deseos y prioridades a cualquier otra cosa que pudiese esperarse.
El ego es algo que prima en ella, y no considera una cualidad negativa que alguien le señale lo egocéntrica que puede llegar a ser. Considera que si ella lo vale, ¿por qué no iba a merecer pensar sólo en ella misma en ocasiones?
A pesar de esto, y de que en ocasiones dé una imagen extremadamente inhumana con ciertos comentarios que dicta o acciones que lleva a cabo, es una persona muy leal y que si logra ganarse la confianza de alguien o que alguien haga lo mismo con ella, no podría llegar a traiciona a esa persona.
Tiene un concepto de la ética personal y la moral ciertamente distorsionados, pero es muy fiel a sí misma en lo que piensa, y por eso defiende lo que cree o lo que considera adecuado a muerte.
Es obcecada y decidida, puede llegar a defender una causa perdida durante el tiempo que haga falta si es necesario, incluso si se da cuenta de que no lleva la razón, seguirá pretendiendo que así es.
No tiene escrúpulos en cuanto al tema sexual se refiere, aunque en ocasiones se la haya llegado a tildar de “guarra” o “fresca” por disfrutar con total libertad de su condición sexual como más le guste. Cree que es totalmente inadecuado juzgar a alguien o devaluar a una persona por lo que haga o deje de hacer en la cama. Aún así, no entiende a aquellas personas que no disfrutan del sexo o que lo tienen como un tema tabú.
Es una persona que no tiene pelos en la lengua, si opina algo, sea beneficioso, dañino, o directamente aunque no le incumba lo más mínimo, dirá lo que opine respecto al tema. Siempre suele tener una opinión para todo, y en ocasiones no es la más acertada, pero es capaz de ir hasta el fin del mundo y hasta el fin de cualquier discusión con tal de intentar tener la razón.
Los escrúpulos son algo de lo que Peach generalmente carece, llegando en ocasiones a lastimar o causar daño a algunas personas por lo que dice o hace, pero sin darse cuenta de ello. Y cuando se da cuenta, lo más probable es que se regodee, a no ser que realmente le tenga aprecio a esa persona.
A pesar de que la castaña quiera dar siempre una imagen de perfecta reina descorazonada, a la que todo le resbala o no le importa, lo más real sería decir que el muro que ha construido a su alrededor para dar esa imagen es fácilmente destruible. Simplemente necesita basarse en la confianza que le coja a una persona y que esta la rompa, o la lastime dentro de lo que ella considera, para hundirse completamente en sí misma, lo cual probablemente ahogue en alcohol y trate de recuperarse rápidamente de ese golpe.
✦ Cᴜʀɪᴏsɪᴅᴀᴅᴇs﹕
—Nunca se la verá dando las gracias o pidiendo perdón o permiso por algo. Si esto sucediese, es que realmente la situación es importante o lo mismo la persona.
—En vez de hospedarse en la casa que es la sede de su fraternidad (Kappa Alpha Theta), actualmente tiene comprado un piso con su mejor amiga, donde ambas residen.
—Adora el cine antiguo, especialmente lo referente a Audrey Hepburn y Grace Kelly.
—Tiene una gata llamada Audrey.
—Su película favorita es Desayuno con diamantes.
—Posee una devoción exagerada por los zapatos Miu Miu.
—Su joyería favorita es Tiffany’s.
—Mey, su segundo nombre, viene a raíz de que era el nombre de una de las hermanas de su madre, quien murió cuando Vivienne era joven.
—Adora que le toqueteen el pelo, y ha adoptado un serio gusto porque este hecho suceda mientras le leen, especialmente si es filosofía.
—En ocasiones tiene que hacer uso de gafas para ver de cerca, aunque es algo que evita en público.
—A los diecisiete años, durante varios meses, mantuvo una relación sexual con su mejor amiga.
—Adora el vino de aguja, aunque no le hace ascos a nada que lleve alcohol.
—Una de sus cocinas favoritas es la japonesa, le encanta el sushi.
—Tiene a Marina and the Diamonds en un altar.
❀ Nᴏᴍʙʀᴇ﹕ Peach Mey.
✦ Aᴘᴇʟʟɪᴅᴏs﹕ Lipton.
✫ Eᴅᴀᴅ﹕ 20 años. | 14 — 06 — 1997 |
❀ FC﹕ Leighton Meester.
✦ Nᴀᴄɪᴏɴᴀʟɪᴅᴀᴅ﹕ Francoestadounidense.
✫ Cᴀʀʀᴇʀᴀ ϙᴜᴇ ᴄᴜʀsᴀ﹕ Ciencias empresariales — Economía.
❀ Fʀᴀᴛᴇʀɴɪᴅᴀᴅ﹕Kappa Alpha Theta.
✫ Hɪsᴛᴏʀɪᴀ﹕ Si nacer con todas las comodidades del mundo supone algo en un infante que se está criando, es acostumbrarle desde pequeño a que todo lo que pida o desee estará al alcance de sus manos. O, exactamente, al alcance de la mano del criado que se lo ofrezca, seguramente en una bandeja de plata.
Así fue cómo se inició la vida de Peach, la hija menor del matrimonio Lipton, una familia acomodada que aún hoy en día tiene su sede y domicilio central en Nueva York, en el barrio del Upper East Side.
Todas las comodidades y lujos que la vida le presentaba venían dadas por el hecho de que su padre, Edward Lipton, es el hijo mayor y heredero de Martin Lipton, uno de los socios fundadores de uno de los mayores y más importantes bufetes de abogados de renombre en la ciudad de Nueva York, y en todo el Estado: Wachtell, Lipton, Rosen & Katz.
La posición dentro de entrar a heredar el bufete, o tomar una parte muy activa en este, nunca fue de gran relevancia en cuanto a Peach por sus padres, ya que al ser solamente la nieta de uno de los fundadores, no sería quien recibiese una gran suma de dinero directamente derivada. Esto lo haría su hermano mayor, heredero directo de la fortuna Lipton y las acciones que ello conlleva el apellido.
Su madre, Vivienne Debouzy, una francesa hija de otro gran abogado, concretamente de uno de los fundadores del bufete August y Debouzy, fue quien se encargó de controlar y manejar la educación que la pequeña recibiría desde su más tierna infancia.
Al igual que seguramente le pasaría a los infantes Lipton, el matrimonio entre Vivienne y Edward no fue fruto de un gran amor o de una aventura digna de contarse como anécdota paradigmática. Fue, simple y llanamente, una unión beneficiosa que los padres de estos habían arreglado, un matrimonio de conveniencia.
Y aunque el amor no fuese lo que primase en el hogar de los Lipton, sí que tenía lugar la ambición, las ganas de superarse, y la ambición por el poder y el dinero. A fin de cuentas, cuando se tiene dinero, sólo se quiere más. Y cuando ya se tiene tanto dinero que ni lo puedes contar, sólo quieres el poder, el siguiente paso.
Peach y su hermano recibieron una educación esmerada, en todos los campos que se pudiesen aspirar (ciencias, letras, artes…), pero lo hicieron desde la comodidad de su propia casa, supervisados tanto por su madre como por un sinfín de institutrices.
Tuvieron una vida tranquila, colmados de atenciones y elogios, sin mayores altercados ni percances hasta que Peach cumplió los dieciséis años.
Si hasta esa edad había sido una señorita bien modosa y con unos modales que despertarían la envidia de cualquier experto en protocolo, cuando la inscribieron finalmente en el instituto para hacer los últimos cursos previos a la universidad, todo cambió. Presumiblemente para mal, dependiendo del punto de vista desde el cual se observase la situación.
Rápidamente la camarilla de populares se fijó en ella, las abejas reinas del centro. Y aunque lo habitual al ser una recién llegada al mundo adolescente del instituto sería haberla hundido y haberla machado por este hecho, había algo que la salvaba. Su dinero, su apellido, y su porte.
Era una joven de buen ver, atractiva, y que pronto aprendió a hacer uso de las armas de seducción de las que disponía, en palabras de aquellas que consideraba sus amigas.
Coqueteaba con el alcohol, el sexo, y el tabaco en cada fiesta a la que asistía, que no eran precisamente pocas, y aunque en varias ocasiones le ofrecieron probar más drogas, ella las rechazaba. “¿Por qué colocarme para ver cosas mejores cuando puedo verme en el espejo?” era lo que Peach respondía.
Su hermano Max la ayudaba a encubrir aquella multitud de juergas a los ojos de sus padres, quienes no intuían nada ni sospechaban el cambio radical que su princesita había pegado ya que sus notas se mantenían en un buen promedio, lo cual le exigían para concederle aquella libertad de la que tanto abusaba.
Al ser la más comedida de su grupo de amistades populares nunca llegó demasiada borracha a casa ni tuvo que arrepentirse al día siguiente de haberse acostado con algún baboso indeseable que bajo los efectos de la droga le hubiese parecido un gran príncipe azul.
Pero ser la más responsable (dentro de lo que cabía), conllevó que se enterase de todo, y de que tuviese que cuidar de alguna de sus amigas cada vez que estas se pasaban. Cuando alguna se encontraba tan borracha que apenas le faltaba un punto para llegar al coma etílico, Peach dejaba a un lado su vaso de cerveza barata y llevaba a aquella amiga a tomar el aire afuera.
En uno de esos recesos en las fiestas, cuando salió con su amiga Felicity, esta última iba tan borracha que, entre risas que más parecían sollozos, le confesó algo que al parecer nunca había dicho en voz alta ni le había contado a nadie:
En la primera fiesta del último año de instituto, dos meses antes de la fiesta en la cual se lo contó, Felicity había sido acosada por un chaval incesante de un instituto vecino para que se acostase con él. Ante las negativas de la chica, este se tomó la justicia por su mano para obtener lo que quería y acabó por drogarla. Esto culminó con una violación a la joven que, aún sin tener ni las más mínimas facultades, fue consciente a la mañana siguiente de lo que había sucedido.
Aunque Peach le asegurase que no lo iba a contar cuando su amiga se lo rogó, se dio cuenta de que aquello era demasiado serio para no decírselo a nadie y para no intentar enmendar el gran error ajeno que podría haberle hundido la vida a su amiga.
Por ello, sabiendo la importancia que tenía su padre y que podría ayudarla fácilmente a resolverlo, decidió decírselo a Edward. Confesar el secreto de su amiga conllevaba admitir que ella misma iba a las mismas fiestas, y que ella misma podría haber acabado en una situación parecida.
Obtuvo un monumental castigo que conllevó que no pudiese volver a salir de fiesta en lo que conllevaba de curso, lo cual ella aprovechó para emborracharse en casa como método de venganza.
Pero también obtuvo la justicia para Felicity, cuyo agresor acabó en la cárcel gracias a los contactos e hilos que el padre de Peach había movido. No lo admitiría en voz alta, pero en cierto modo se sintió orgullosa de sí misma por aquella decisión que había tomado.
Finalizó el curso con la misma media de notas que sus progenitores esperaban de ella, rozando la nota máxima por muy poco. Esto habría podido conllevar que obtuviese becas para estudiar en la universidad que quisiese, pero ni necesitaba el dinero de las becas, ni podía escoger la universidad que más le gustase.
Sus padres ya habían decidido que Peach estudiaría en las universidades en las que ellos se habían graduado, así que realmente sólo podía escoger entre las prestigiosas universidades de Stanford y La Sorbona.
La idea de estudiar en Europa se le antojaba deliciosamente sofisticada, pero el gran impedimento era la lengua francesa, en la cual no se veía capaz de manejarse a pesar de que sus conocimientos no eran precisament pobres.
Por lo tanto, la única opción posible que le restó fue la de irse a estudiar a Stanford, donde su hermano ya llevaba estudiando desde antes que ella al ser el mayor de los dos.
Se le dio a la castaña la misma libertad para elegir qué carrera cursar como para realizar la elección de en qué entidad la llevaría a cabo: sólo tuvo dos opciones, las dos bastantes limitadas.
Podía estudiar Derecho, como casi todos sus familiares habían hecho antes que ella para formar la tradición familiar.
O podía estudiar Ciencias Empresariales para así poder hacerse cargo de la administración del bufete familiar, un aspecto bastante más técnico y económico pero que seguiría dentro de lo aceptable familiarmente hablando.
Se decantó por estudiar Empresariales, algo que se le hacía más afín a sus ideales, lo cual resultaba ciertamente irónico dado que era una de las muchachas más aficionadas a despilfarrar grandes sumas de dinero solamente en caprichos y prendas de ropa.
El primer curso en la universidad no fue en absoluto memorable dentro de lo que Peach destacaría, dada que la rutina fue la habitual una vez se hubo hallado lejos del ratio de control de sus padres. Como mucho resaltaría su admisión en la fraternidad más codiciada del campus: Alpha.
Tal y como se había comportado en Nueva York en los meses previos a su castigo, las fiestas se sucedieron, el alcohol abundaba, y no había apenas un muchacho con el cual no tratase de acostarse.
Pero aunque siguiese manteniendo su vida social tal y como la conocía (siempre de la mano de Felicity), no dejaba que sus notas decayesen. Le gustaba empinar tanto los codos como las rodillas, y no era algo de lo que se avergonzase.
Consiguió sacar aquel primer curso sin ningún impedimento, y a modo de recompensa, consiguió que sus padres le regalasen un viaje con todo pagado a París, donde la familia materna que le restaba vivía. Allí fue donde pasó todo el verano, conociendo la lengua, cultura, y a algún que otro atractivo francés.
Cuando hubo de retornar de París, casi lo hizo a regañadientes, y una parte de ella se pensó si pedirles a sus padres el traslado a aquel país para continuar con sus estudios universitarios.
Mas el factor decisivo fueron sus relaciones sociales, las cuales pesaron más en la balanza para hacer que se quedase estudiando en Stanford: su mejor amiga continuaría allí, al igual que su hermano, quien acabaría sus estudios ese mismo curso.
También empezaría la universidad la prometida (a regañadientes) de Maxwell, Theresa. Y si si círculo social se hallaba allí, ya que también estaban Drew y Jules Katz, el resto de herederos, ¿qué sentido tendría ser la oveja negra que huía de la monotonía para irse a París?
Así que, al comienzo del curso, se hallaba bien disciplinada de vuelta en California, y el resto del curso transcuyó de la misma manera que se había desarrollado el primero: fiestas, sexo, alcohol, estudiar, y salir de compras.
La vida de Peach Lipton no podría verse alterada ni siquiera aunque un asteroide destruyese toda forma de vida conocida en el planeta.
Salvo por el leve detalle de que sus padres ya le habían dejado caer en alguna que otra ocasión (más de las que le hubiese gustado) que quizás debería empezar a pensar más en su futuro. Y dado el acuerdo matrimonial al cual su hermano mayor estaba sometido, Peach sabía que sus progenitores no hablaban de que cuidase más su notas.
Sabía que más tarde o más temprano acabarían prometiéndola en matrimonio con el hijo de algún socio del bufete de abogados WLRK, una unión que los beneficiaría a todos a la larga, o al menos esa es la excusa que le pondrían a la fémina.
Decidió tomárselo por su propia mano, ya que si sus estudios no iban a servir para nada al verse forzada al convertirse en una esposa trofeo, lo haría bajo sus propias reglas y elecciones.
Afinó más el tiro en cuanto a sus relaciones esporádicas con muchachos se refería, y aunque era cierto que no le hacía ascos a una cara bonita con una cuenta bancaria no muy destacable, empezó a mirar más por salir con jóvenes que fuesen notables tanto por su atractivo como por su dinero.
Coincidió que uno de sus compañeros de carrera cumplía con todos los requisitos que Peach requería: Cedric Godfrey era atractivo, con una buena cuenta bancaria a su disposición, y no le resultaba tan repulsivo como el resto de personas a las que la morena conocía.
Aunque al principio mantuvo el resto de opciones abiertas ya que dudaba poder obtener el más mínimo compromiso no dañino por parte del joven, la jugada acabó saliéndole torcida a la chica cuando se dio cuenta de que su intención de prescindir de los sentimientos no había salido tal y como ella esperaba.
Al final obtuvo un resultado que ella misma no habría esperado, ya que consiguió que Cedric le pidiese que saliese con ella, admitiendo que el sentimiento de gustar no funcionaba de manera unilateral desde la muchacha hacia su reciente pareja. Eso era dado ya que él también había admitido que le gustaba ella, aunque le restaba la duda de si lo había dicho únicamente porque la situación de malestar entre ambos era tal que sólo restaba aquella opción como salida.
Esto acarreó consigo una boda, aunque Peach no daba crédito de que pudiese ser algo a tomarse en serio ya que no esperaba que sus planes de buscar su propio futuro marido fuesen a dar sus frutos tan rápido. Mas llegaron incluso a acordar una fecha para la inminente boda que no parecía tener nada de broma, el diecisiete de julio.
Aparte de acarrear una boda, la relación con Cedric también conllevó que el círculo social de Peach se ampliase, y aunque en algunos casos no fuesen del agrado de la morena aquellas nuevas personas, algunos individuos sí que lo fueron.
El caso que más le llegó a sorprender a la joven fue cómo consiguió intimar con Edwin (no en un sentido sexual, aunque había estado en su lista de objetivos para un encuentro sexual), a quien llegaría incluso a considerar uno de sus mejores amigos. Lo más sorprendente de este hecho es cómo no parecían tener nada en común, ni siquiera sus orígenes, fraternidades, o modos de vida, pero a pesar de todo ello le tenía un aprecio enorme.
Mas el campo de rosas que constituía la vida habitual para Peach Lipton se vio interrumpido por la ruptura de su compromiso matrimonial y de la ruptura de la relación por parte de Cedric, quien se dio cuenta de que aquello no era algo que se ajustase a su persona.
A pesar de que desde un principio ambos hubiesen dejado claro que no buscaban nada más allá del beneficio individual que les pudiese aportar el compromiso a cada uno, mucho menos sentimientos, Peach no pudo evitar que los sentimientos hacia su expareja hubiesen aflorado. Y esto conllevó que más allá de que le gustase, acabase queriéndole.
Con unos sentimientos con los cuales no sabía lidiar, y con el curso universitario y su segundo año ya finalizados, retomó lo que no dudaba que se volvería una costumbre: volver a viajar durante el verano.
Mas el destino escogido por la morena se vio variado en relación al previo verano que había pasado en París con su familia materna, ya que decidió hacer turismo en tierras más cercanas a su lugar de nacimiento, decantándose por Nueva Jersey. Y, para ser más concretos, el destino escogido no fue otro que la ciudad de Princeton.
Se le había ocurrido una idea quizás no demasiado factible durante los últimos días del curso allá en Palo Alto, y dicha idea no incluía más factores que el hecho de pedir estudiar un año fuera, seguramente con algún programa de intercambios.
La universidad con la cual quería establecer el intercambio no era otra que la prestigiosa universidad de Princeton, allá en la cual Olivier Debouzy, su abuelo y cofundador del bufete de abogados August y Debouzy, se hubiese sacado la carrera de Derecho.
A la idea del intercambio se le sumó Theresa Wachtell, su “amiga” y futura cuñada, con la cual también había decidido viajar a Nueva Jersey para evaluar las oportunidades y condiciones que la futura universidad en la cual estudiarían les podía ofrecer.
❀ Pᴇʀsᴏɴᴀʟɪᴅᴀᴅ﹕
Peach es una persona extremadamente narcisista, valorándose a sí misma sobre todo lo demás, y anteponiendo sus deseos y prioridades a cualquier otra cosa que pudiese esperarse.
El ego es algo que prima en ella, y no considera una cualidad negativa que alguien le señale lo egocéntrica que puede llegar a ser. Considera que si ella lo vale, ¿por qué no iba a merecer pensar sólo en ella misma en ocasiones?
A pesar de esto, y de que en ocasiones dé una imagen extremadamente inhumana con ciertos comentarios que dicta o acciones que lleva a cabo, es una persona muy leal y que si logra ganarse la confianza de alguien o que alguien haga lo mismo con ella, no podría llegar a traiciona a esa persona.
Tiene un concepto de la ética personal y la moral ciertamente distorsionados, pero es muy fiel a sí misma en lo que piensa, y por eso defiende lo que cree o lo que considera adecuado a muerte.
Es obcecada y decidida, puede llegar a defender una causa perdida durante el tiempo que haga falta si es necesario, incluso si se da cuenta de que no lleva la razón, seguirá pretendiendo que así es.
No tiene escrúpulos en cuanto al tema sexual se refiere, aunque en ocasiones se la haya llegado a tildar de “guarra” o “fresca” por disfrutar con total libertad de su condición sexual como más le guste. Cree que es totalmente inadecuado juzgar a alguien o devaluar a una persona por lo que haga o deje de hacer en la cama. Aún así, no entiende a aquellas personas que no disfrutan del sexo o que lo tienen como un tema tabú.
Es una persona que no tiene pelos en la lengua, si opina algo, sea beneficioso, dañino, o directamente aunque no le incumba lo más mínimo, dirá lo que opine respecto al tema. Siempre suele tener una opinión para todo, y en ocasiones no es la más acertada, pero es capaz de ir hasta el fin del mundo y hasta el fin de cualquier discusión con tal de intentar tener la razón.
Los escrúpulos son algo de lo que Peach generalmente carece, llegando en ocasiones a lastimar o causar daño a algunas personas por lo que dice o hace, pero sin darse cuenta de ello. Y cuando se da cuenta, lo más probable es que se regodee, a no ser que realmente le tenga aprecio a esa persona.
A pesar de que la castaña quiera dar siempre una imagen de perfecta reina descorazonada, a la que todo le resbala o no le importa, lo más real sería decir que el muro que ha construido a su alrededor para dar esa imagen es fácilmente destruible. Simplemente necesita basarse en la confianza que le coja a una persona y que esta la rompa, o la lastime dentro de lo que ella considera, para hundirse completamente en sí misma, lo cual probablemente ahogue en alcohol y trate de recuperarse rápidamente de ese golpe.
✦ Cᴜʀɪᴏsɪᴅᴀᴅᴇs﹕
—Nunca se la verá dando las gracias o pidiendo perdón o permiso por algo. Si esto sucediese, es que realmente la situación es importante o lo mismo la persona.
—En vez de hospedarse en la casa que es la sede de su fraternidad (Kappa Alpha Theta), actualmente tiene comprado un piso con su mejor amiga, donde ambas residen.
—Adora el cine antiguo, especialmente lo referente a Audrey Hepburn y Grace Kelly.
—Tiene una gata llamada Audrey.
—Su película favorita es Desayuno con diamantes.
—Posee una devoción exagerada por los zapatos Miu Miu.
—Su joyería favorita es Tiffany’s.
—Mey, su segundo nombre, viene a raíz de que era el nombre de una de las hermanas de su madre, quien murió cuando Vivienne era joven.
—Adora que le toqueteen el pelo, y ha adoptado un serio gusto porque este hecho suceda mientras le leen, especialmente si es filosofía.
—En ocasiones tiene que hacer uso de gafas para ver de cerca, aunque es algo que evita en público.
—A los diecisiete años, durante varios meses, mantuvo una relación sexual con su mejor amiga.
—Adora el vino de aguja, aunque no le hace ascos a nada que lleve alcohol.
—Una de sus cocinas favoritas es la japonesa, le encanta el sushi.
—Tiene a Marina and the Diamonds en un altar.
OCUPADO.
— Nombre: Christian Lars Blackwood.
— Edad: 20 años [12 de Junio de 1997]
— Historia: Desde niño, Christian tuvo una vida extremadamente fácil. Como descendiente de dos familias que únicamente poseían éxitos profesionales, no podía ser de otro modo, tal y como siempre le había dicho su padre. El mismo que era dueño de varios bufetes de abogados repartidos por los Estados Unidos. Su madre, por otro lado, se dedicó desde muy joven al mundo de la moda y la cosmética, haciéndose con el poder económico suficiente para crear y arrancar con gran éxito varias líneas de ropa, y un par más de cosméticos, haciéndose de oro en pocos años. Ésto, por supuesto, facilitó la vida de la familia Blackwood, que no tuvo inconveniente alguno en adquirir una gran mansión en Manhattan, y un par de casas en la costa, para que todos pudiesen veranear con comodidad. Todo eran lujos que, claramente, se podían permitir.
La primera en llegar al seno de la familia fundada por Harry y Arianne Blackwood fue Grace, la mayor de los dos hermanos por cuatro años de diferencia. Era el ojito derecho de su padre, a pesar de que eran como el día y la noche. O quizá era por eso por lo que ambos estaban tan unidos, incluso cuando la joven, contra todo pronóstico, decidió estudiar artes, en contra de los deseos de sus progenitores, que querían que heredase alguno de los negocios familiares unos años más adelante. Pero, para golpe de la fortuna, el pequeño de la familia sí quiso seguir los pasos de su padre, estudiando Derecho en la universidad de Princeton. Quizá estaba un poco lejos de casa, pero en su interior, algo le decía que debía ir allí, a pesar de la inmensa cantidad de universidades que tenía cerca de casa. Tal vez era su deseo de echar a volar libre, fue lo que le hizo decantarse por aquello; o quizá fue su sed de aventuras. Fuese lo que fuese, se marchó a Princeton, donde lleva ya dos años estudiando su carrera.
Durante su adolescencia, Christian sufrió cambios drásticos en su personalidad. Mientras que hasta entonces había sido un chico comprensivo, extremadamente educado, y bastante caritativo con los que le rodeaban, al llegar a cuarto curso se volvió frío, manipulador, egoísta, y hasta mezquino. Nadie sabía bien por qué había sucedido ese cambio, pero todo fue decisivo la noche en que vio morir ante sus ojos a su mejor amigo, Leo, a manos de un atracador; el mismo hombre que había estado siguiéndoles toda la tarde y que, para rematarlo todo, secuestró al muchacho pidiendo a cambio un rescate millonario. Por suerte para todos, él salió físicamente ileso, y al final lograron capturar a su agresor; pero nadie le devolvería a su amigo, y él había muerto por estar cerca de él.
Todo ésto fue desvaneciéndose al llegar a la universidad, aunque ya se había metido tanto en el papel, que no lograba salir de él por miedo a lo que podrían decir de su persona. Quizá le llamarían débil, o cobarde, de modo que tendría que llevar esa fachada durante algún tiempo más.
— Personalidad: Es frío, manipulador, egoísta, y mezquino. O eso quiero hacer ver, ya que, cuando alguien le importa de verdad, no duda un segundo en acudir en su ayuda. Sin embargo, que alguien llegue a calarle tan profundo es prácticamente imposible. Lleva una coraza tan gruesa, que hace años que nadie es capaz de atravesarla.
A pesar de que puede parecer, -y es-, un chico problemático, es bastante aplicado en los estudios, y no hace uso del estatus económico que su familia posee para aprobar. Sólo hace uso de él cuando necesita abrirse una puerta.
— Curso: Tercero
— Carrera: Derecho
— Fraternidad: Zeta Psi.
— Clubes: Fútbol americano
— FC: Samuel Harwood
— Curiosidades:
-No siente especial aprecio por los becados. Más bien, todo lo contrario. Prefiere no estar cerca de ellos en la medida de lo posible. Se podría decir que es un “purista”.
-Aunque va de macho cabrío, a sus 20 años, hace poco que dejó de ser virgen, y apenas tiene experiencia.
— Nombre: Christian Lars Blackwood.
— Edad: 20 años [12 de Junio de 1997]
— Historia: Desde niño, Christian tuvo una vida extremadamente fácil. Como descendiente de dos familias que únicamente poseían éxitos profesionales, no podía ser de otro modo, tal y como siempre le había dicho su padre. El mismo que era dueño de varios bufetes de abogados repartidos por los Estados Unidos. Su madre, por otro lado, se dedicó desde muy joven al mundo de la moda y la cosmética, haciéndose con el poder económico suficiente para crear y arrancar con gran éxito varias líneas de ropa, y un par más de cosméticos, haciéndose de oro en pocos años. Ésto, por supuesto, facilitó la vida de la familia Blackwood, que no tuvo inconveniente alguno en adquirir una gran mansión en Manhattan, y un par de casas en la costa, para que todos pudiesen veranear con comodidad. Todo eran lujos que, claramente, se podían permitir.
La primera en llegar al seno de la familia fundada por Harry y Arianne Blackwood fue Grace, la mayor de los dos hermanos por cuatro años de diferencia. Era el ojito derecho de su padre, a pesar de que eran como el día y la noche. O quizá era por eso por lo que ambos estaban tan unidos, incluso cuando la joven, contra todo pronóstico, decidió estudiar artes, en contra de los deseos de sus progenitores, que querían que heredase alguno de los negocios familiares unos años más adelante. Pero, para golpe de la fortuna, el pequeño de la familia sí quiso seguir los pasos de su padre, estudiando Derecho en la universidad de Princeton. Quizá estaba un poco lejos de casa, pero en su interior, algo le decía que debía ir allí, a pesar de la inmensa cantidad de universidades que tenía cerca de casa. Tal vez era su deseo de echar a volar libre, fue lo que le hizo decantarse por aquello; o quizá fue su sed de aventuras. Fuese lo que fuese, se marchó a Princeton, donde lleva ya dos años estudiando su carrera.
Durante su adolescencia, Christian sufrió cambios drásticos en su personalidad. Mientras que hasta entonces había sido un chico comprensivo, extremadamente educado, y bastante caritativo con los que le rodeaban, al llegar a cuarto curso se volvió frío, manipulador, egoísta, y hasta mezquino. Nadie sabía bien por qué había sucedido ese cambio, pero todo fue decisivo la noche en que vio morir ante sus ojos a su mejor amigo, Leo, a manos de un atracador; el mismo hombre que había estado siguiéndoles toda la tarde y que, para rematarlo todo, secuestró al muchacho pidiendo a cambio un rescate millonario. Por suerte para todos, él salió físicamente ileso, y al final lograron capturar a su agresor; pero nadie le devolvería a su amigo, y él había muerto por estar cerca de él.
Todo ésto fue desvaneciéndose al llegar a la universidad, aunque ya se había metido tanto en el papel, que no lograba salir de él por miedo a lo que podrían decir de su persona. Quizá le llamarían débil, o cobarde, de modo que tendría que llevar esa fachada durante algún tiempo más.
— Personalidad: Es frío, manipulador, egoísta, y mezquino. O eso quiero hacer ver, ya que, cuando alguien le importa de verdad, no duda un segundo en acudir en su ayuda. Sin embargo, que alguien llegue a calarle tan profundo es prácticamente imposible. Lleva una coraza tan gruesa, que hace años que nadie es capaz de atravesarla.
A pesar de que puede parecer, -y es-, un chico problemático, es bastante aplicado en los estudios, y no hace uso del estatus económico que su familia posee para aprobar. Sólo hace uso de él cuando necesita abrirse una puerta.
— Curso: Tercero
— Carrera: Derecho
— Fraternidad: Zeta Psi.
— Clubes: Fútbol americano
— FC: Samuel Harwood
— Curiosidades:
-No siente especial aprecio por los becados. Más bien, todo lo contrario. Prefiere no estar cerca de ellos en la medida de lo posible. Se podría decir que es un “purista”.
-Aunque va de macho cabrío, a sus 20 años, hace poco que dejó de ser virgen, y apenas tiene experiencia.
Nombre: Hunt.
Apellido: Aylwin.
Edad: 18 (15 de Marzo de 1999).
Carrera que cursa: Periodismo.
Fraternidad: Sigma Alpha Epsilon.
Clubes a los que pertenece: Club de fotografía y club de lectura.
Historia:
Hunt creció en la inmensa ciudad de Seúl junto a una familia muy humilde, siendo una feliz familia de cuatro personas: Su padre, su madre, su hermana mayor y él. Toda aquella felicidad que lo rodeaba duró tristemente hasta los cuatro años, cuando su familia sufrió un grave accidente donde él fue el único superviviente gracias a la protección que le brindó su hermana. Tras el funeral de sus padres fue enviado con sus tíos pero tras el rechazo y odio de parte de estos, los servicios sociales se hicieron cargo y con seis años fue enviado a un orfanato a las afueras de Seúl.
La llegada a un orfanato provocó en Hunt un rechazó hacia los demás y que desconfiara de todo el mundo, dejándolo totalmente vulnerable y débil; cosa que provocó que llegara a odiarse.
No fue hasta dos años después que Hunt consiguió abrirse a la única persona en aquel centro: Moon. Fue tan fuerte la conexión con aquella niña, apenas un año mayor que él y le recordaba tanto a su difunta hermana, que no fue difícil considerarla como tal, que simplemente se negaba a ser adoptado si no era con ella; ambos formaban un “pack”. No fue un pequeño tiempo después que ambos hermanos fueron adoptados por una humilde familia Irlandesa y trasladados a su nuevo hogar. La familia Aylwin decidió mantener sus nombres asiáticos y tan solo añadir el nuevo apellido. Los años pasaron y los pequeños aprendieron el idioma como si hubieran sido nativos de toda la vida y no fue hasta la edad suficiente que ambos hijos adoptivos de los Aylwin decidieron ir y entrar la universidad más prestigiosa de Escocia, siendo ambos unos becados con altas notas y un gran esfuerzo por parte de sus padres.
Hunt decidió decantarse por el periodismo pues siempre le había apasionado el mundo de la escritura, y la fotografía.
Personalidad:
Hunt es un chico muy reservado y callado, pocas veces llama la atención y siempre prefiere quedarse en un rincón leyendo algún libro o haciendo fotografías al paisaje. Tiene un autoestima por débil por lo que siempre suele llevar ese aire de tristeza rondando por él. Es alguien débil y vulnerable, fácilmente manipulable. Suele esconderse siempre detrás de su hermana y dejar que esta dé la cara por él.
Pero una vez que demuestra confianza se deja ver como un chico de su edad: alegre, animado e incluso charlatán, llegando a ser incluso hasta tierno.
Curiosidades:
– Le encanta leer y escribir.
– Adora a los animales pero sobretodo a los perros.
– Debido al accidente le tiene miedo a viajar en cualquier transporte público.
– Tras el accidente desarrollo una especie de trastorno sobre su desarrollo, por lo que es habitual que le cueste establecer una conversación con otras personas o que muchas veces actúe infantilmente.
FC: Park JinWoo
Apellido: Aylwin.
Edad: 18 (15 de Marzo de 1999).
Carrera que cursa: Periodismo.
Fraternidad: Sigma Alpha Epsilon.
Clubes a los que pertenece: Club de fotografía y club de lectura.
Historia:
Hunt creció en la inmensa ciudad de Seúl junto a una familia muy humilde, siendo una feliz familia de cuatro personas: Su padre, su madre, su hermana mayor y él. Toda aquella felicidad que lo rodeaba duró tristemente hasta los cuatro años, cuando su familia sufrió un grave accidente donde él fue el único superviviente gracias a la protección que le brindó su hermana. Tras el funeral de sus padres fue enviado con sus tíos pero tras el rechazo y odio de parte de estos, los servicios sociales se hicieron cargo y con seis años fue enviado a un orfanato a las afueras de Seúl.
La llegada a un orfanato provocó en Hunt un rechazó hacia los demás y que desconfiara de todo el mundo, dejándolo totalmente vulnerable y débil; cosa que provocó que llegara a odiarse.
No fue hasta dos años después que Hunt consiguió abrirse a la única persona en aquel centro: Moon. Fue tan fuerte la conexión con aquella niña, apenas un año mayor que él y le recordaba tanto a su difunta hermana, que no fue difícil considerarla como tal, que simplemente se negaba a ser adoptado si no era con ella; ambos formaban un “pack”. No fue un pequeño tiempo después que ambos hermanos fueron adoptados por una humilde familia Irlandesa y trasladados a su nuevo hogar. La familia Aylwin decidió mantener sus nombres asiáticos y tan solo añadir el nuevo apellido. Los años pasaron y los pequeños aprendieron el idioma como si hubieran sido nativos de toda la vida y no fue hasta la edad suficiente que ambos hijos adoptivos de los Aylwin decidieron ir y entrar la universidad más prestigiosa de Escocia, siendo ambos unos becados con altas notas y un gran esfuerzo por parte de sus padres.
Hunt decidió decantarse por el periodismo pues siempre le había apasionado el mundo de la escritura, y la fotografía.
Personalidad:
Hunt es un chico muy reservado y callado, pocas veces llama la atención y siempre prefiere quedarse en un rincón leyendo algún libro o haciendo fotografías al paisaje. Tiene un autoestima por débil por lo que siempre suele llevar ese aire de tristeza rondando por él. Es alguien débil y vulnerable, fácilmente manipulable. Suele esconderse siempre detrás de su hermana y dejar que esta dé la cara por él.
Pero una vez que demuestra confianza se deja ver como un chico de su edad: alegre, animado e incluso charlatán, llegando a ser incluso hasta tierno.
Curiosidades:
– Le encanta leer y escribir.
– Adora a los animales pero sobretodo a los perros.
– Debido al accidente le tiene miedo a viajar en cualquier transporte público.
– Tras el accidente desarrollo una especie de trastorno sobre su desarrollo, por lo que es habitual que le cueste establecer una conversación con otras personas o que muchas veces actúe infantilmente.
FC: Park JinWoo
OCUPADO.
Nombre: Perseus.
Apellidos: Lynch.
Fecha de nacimiento: 31 de julio 1997 (19 años)
Carrera que cursa: Filología clásica.
Fraternidad: Delta Delta Delta.
Historia:
Nacido en una familia de clase media, Perseus tuvo una infancia que podría calificarse como “feliz”. Era el menor de tres hermanos y el primer varón de la pareja, por lo que fue una alegría su llegada al mundo; en su familia predominaban, sin duda, las mujeres. Esto se veía en sus dos hermanas mayores y en sus primas, las cuales lo trataban como si fuera una más de ellas, obligándolo a ponerse vestidos y haciéndole trenzas en su abundante y rizado pelo negro; pero todo aquello no le molestaba en absoluto, le encantaba pasar tiempo con su familia, rodeado de la gente que más quería y jugando durante horas enteras a cualquier tontería que se les pudiera pasar por la cabeza.
Creció siendo una persona de lo más curiosa e inquieta. Lo quería saber todo sobre todo, preguntando de forma incesante a sus mayores sobre cualquier cosa que le llamara mínimamente la atención. Por esta misma razón el pequeño se empeño en aprender a leer muy pronto, a la tierna edad de tres años ya corría tras su padre para que le enseñara a interpretar aquello que él veía como extraños símbolos sobre un papel, algo mágico, puesto que contaban cosas fascinantes para él.
Llegó al colegio sabiendo leer a la perfección, aunque tampoco es que fuera nunca el preferido de los profesores, por su manía de no poderse estar quieto y levantarse cada dos por tres a mirar por la ventana, curioso como el que más. Aun así, Perseus siempre tuvo unas notas ejemplares, de esas que los padres suelen colgar en la puerta de la nevera al llevarlas a casa, más aún siendo evidente que sus dos hermanas mayores no tenían el más mínimo interés por los libros y que preferían empezar a beber y a fumar a los trece años, guiadas por chicos mayores y malas influencias.
Cuando llegó la mitad del curso, el año que él cursaba segundo de secundaria, su hermana mediana se quedó embarazada con apenas dieciséis años, dando un enorme disgusto a sus padres quienes, en un ataque de puro enfado, intentaron echarla de casa, algo a lo que Perseus se negó alegando que, si ella se iba, él saldría detrás, aunque tan solo tuviera catorce años. Esto, sumado a que tuvo que encontrar un trabajo de media jornada para ayudar en casa, hizo que fuera un año la mar de complicado para el chico, quien estudiaba por las tardes y trabajaba de noche en una revista por internet, además de no faltar jamás a las clases y continuar en el equipo de atletismo de su instituto, dando lo mejor que podía. Todo esto hizo que fuera uno de los mejores y más trabajadores de su clase, además de una persona educada y aplicada en cada cosa que hacía en su vida. Como todo adolescente, al crecer, empezó a ir a fiestas y, debido a su chispeante y atractiva personalidad, se podría decir que tenía bastante éxito con el sexo opuesto. Para él, lo más importante era entrar en una buena universidad y, por ello, se negó en rotundo a beber alcohol o consumir algún tipo de estupefacientes, ya que necesitaba una beca de deporte si quería ir a la universidad de Princeton, siendo admitido finalmente en la fraternidad de Delta Delta Delta con una beca deportiva y de estudios.
Personalidad:
Es una persona con una personalidad atractiva y chispeante, siempre de un lado para otro y con curiosidad por, absolutamente, todo; algo que considera muy bueno porque adora la cultura y la lectura, todo lo que tenga que ver con aprender cosas nuevas. Es trabajador a más no poder, tomándose cada cosa que hace todo lo en serio que puede y poniendo el corazón en sus pasiones, que son la mitología y la escritura.
Curiosidades:
—Adora escribir.
—Piensa que no podría sobrevivir más de dos días sin música.
—El griego y la mitología griega son lo que más le gusta en el mundo.
—No se considera el mejor en nada y, aunque puede que en algunas cosas sí lo sea, siempre trata de superarse a sí mismo.
—Odia que acorten su nombre, solo le gusta “Perseus”, por el respeto que tiene a dicho personaje mitológico.
—Su libro preferido es “La Ilíada”.
—Su músico preferido es Michael Jackson.
—Adora tocar la guitarra, pero tiene claro que su instrumento preferido es el ukelele y tiene varios, que guarda como tesoros.
—Jamás se ha comprometido en uba relación seria y no tiene ni la más mínima idea de hacerlo. Prefiere ser libre.
—Odia dar explicaciones.
—No soporta la hipocresía y la intolerancia.
FC: Reece King.
Nombre: Perseus.
Apellidos: Lynch.
Fecha de nacimiento: 31 de julio 1997 (19 años)
Carrera que cursa: Filología clásica.
Fraternidad: Delta Delta Delta.
Historia:
Nacido en una familia de clase media, Perseus tuvo una infancia que podría calificarse como “feliz”. Era el menor de tres hermanos y el primer varón de la pareja, por lo que fue una alegría su llegada al mundo; en su familia predominaban, sin duda, las mujeres. Esto se veía en sus dos hermanas mayores y en sus primas, las cuales lo trataban como si fuera una más de ellas, obligándolo a ponerse vestidos y haciéndole trenzas en su abundante y rizado pelo negro; pero todo aquello no le molestaba en absoluto, le encantaba pasar tiempo con su familia, rodeado de la gente que más quería y jugando durante horas enteras a cualquier tontería que se les pudiera pasar por la cabeza.
Creció siendo una persona de lo más curiosa e inquieta. Lo quería saber todo sobre todo, preguntando de forma incesante a sus mayores sobre cualquier cosa que le llamara mínimamente la atención. Por esta misma razón el pequeño se empeño en aprender a leer muy pronto, a la tierna edad de tres años ya corría tras su padre para que le enseñara a interpretar aquello que él veía como extraños símbolos sobre un papel, algo mágico, puesto que contaban cosas fascinantes para él.
Llegó al colegio sabiendo leer a la perfección, aunque tampoco es que fuera nunca el preferido de los profesores, por su manía de no poderse estar quieto y levantarse cada dos por tres a mirar por la ventana, curioso como el que más. Aun así, Perseus siempre tuvo unas notas ejemplares, de esas que los padres suelen colgar en la puerta de la nevera al llevarlas a casa, más aún siendo evidente que sus dos hermanas mayores no tenían el más mínimo interés por los libros y que preferían empezar a beber y a fumar a los trece años, guiadas por chicos mayores y malas influencias.
Cuando llegó la mitad del curso, el año que él cursaba segundo de secundaria, su hermana mediana se quedó embarazada con apenas dieciséis años, dando un enorme disgusto a sus padres quienes, en un ataque de puro enfado, intentaron echarla de casa, algo a lo que Perseus se negó alegando que, si ella se iba, él saldría detrás, aunque tan solo tuviera catorce años. Esto, sumado a que tuvo que encontrar un trabajo de media jornada para ayudar en casa, hizo que fuera un año la mar de complicado para el chico, quien estudiaba por las tardes y trabajaba de noche en una revista por internet, además de no faltar jamás a las clases y continuar en el equipo de atletismo de su instituto, dando lo mejor que podía. Todo esto hizo que fuera uno de los mejores y más trabajadores de su clase, además de una persona educada y aplicada en cada cosa que hacía en su vida. Como todo adolescente, al crecer, empezó a ir a fiestas y, debido a su chispeante y atractiva personalidad, se podría decir que tenía bastante éxito con el sexo opuesto. Para él, lo más importante era entrar en una buena universidad y, por ello, se negó en rotundo a beber alcohol o consumir algún tipo de estupefacientes, ya que necesitaba una beca de deporte si quería ir a la universidad de Princeton, siendo admitido finalmente en la fraternidad de Delta Delta Delta con una beca deportiva y de estudios.
Personalidad:
Es una persona con una personalidad atractiva y chispeante, siempre de un lado para otro y con curiosidad por, absolutamente, todo; algo que considera muy bueno porque adora la cultura y la lectura, todo lo que tenga que ver con aprender cosas nuevas. Es trabajador a más no poder, tomándose cada cosa que hace todo lo en serio que puede y poniendo el corazón en sus pasiones, que son la mitología y la escritura.
Curiosidades:
—Adora escribir.
—Piensa que no podría sobrevivir más de dos días sin música.
—El griego y la mitología griega son lo que más le gusta en el mundo.
—No se considera el mejor en nada y, aunque puede que en algunas cosas sí lo sea, siempre trata de superarse a sí mismo.
—Odia que acorten su nombre, solo le gusta “Perseus”, por el respeto que tiene a dicho personaje mitológico.
—Su libro preferido es “La Ilíada”.
—Su músico preferido es Michael Jackson.
—Adora tocar la guitarra, pero tiene claro que su instrumento preferido es el ukelele y tiene varios, que guarda como tesoros.
—Jamás se ha comprometido en uba relación seria y no tiene ni la más mínima idea de hacerlo. Prefiere ser libre.
—Odia dar explicaciones.
—No soporta la hipocresía y la intolerancia.
FC: Reece King.
Nombre: Moon.
Apellidos: Aylwin.
Fecha de nacimiento: 19 - Enero – 1998.
Carrera cursada: Derecho penal y criminología.
Fraternidad: Sigma Alpha Epsilon.
Club de Boxeo.
Historia: Moon se crió en un orfanato a las afueras de Seúl tras que sus padres fueran asesinados sin razón aparente, o a menos a ojos de la joven muchacha que apenas tenía seis años de edad.
La estancia en este fue tranquila, las mujeres que cuidaban de los niños eran amables con ella y los demás niños, aunque siempre había días en los que estas bebían más de la cuenta y bañaban a los niños con el alcohol que caía de sus botellas que estrellaban en las paredes, haciendo que más de uno de los niños que hubiera allí terminara con algún rasguño.
Un año después y con siete años de edad, las mujeres llevaron a un niño un año menor que la chica, algo débil a los ojos de la muchacha que ya había empezado a tener un carácter reacio y sobre protector con los más pequeños del lugar, y aquél chico no sería menos.
Casi dos años pasaron desde la llegada de Hunt a aquél hogar y tras eso, ambos se cuidaron como hermanos de sangre, la pequeña sólo confiaba en él y por lo que se veía, el chico sólo lo hacía en ella, así que había protestado una y otra vez a todas las familias que venían a adoptar que ella sólo se iría si Hunt iba con ella, y así fue. Justo a los dos años de llegar el más pequeño y de que la chica cumpliera tres en aquél mal lugar (pues con el paso del tiempo aquello había empeorado considerablemente) , una familia irlandesa decidió adoptar a los dos muchachos, haciendo que ambos terminaran por vivir en aquella bella tierra lejos de mujeres borrachas y desatenciones.
La familia Aylwin decidió dejar sus nombres asiáticos y tan sólo añadir su nuevo apellido, y tras muchos años, ambos aprendieron el idioma hasta llegar a hablarlo cómo si lo hubieran nacido allí mismo.
Tras el paso de los años y con la edad suficiente, ambos hijos adoptivos de los Aylwin terminaron por ser becados en la Universidad de Princeton (cada uno en su especialidad), mudándose así lejos de Irlanda, prometiendo siempre estar en contacto con sus padres.
Moon se decantó por la carrera de derecho y criminología tras haber conseguido la puntuación necesaria para ambas.
Personalidad: Moon es una chica de carácter fuerte y no teme a decir lo que piensa, es sobre protectora con su hermano menor y le importa bien poco lo que la gente opine de ella. No se considera muy femenina y odia ante todo las cosas elegantes y extravagantes. Suele hacer pocos amigos, pero los que tiene los cuida cómo si su vida dependiera de ello.
FC: Moon Hyun Ah.
Apellidos: Aylwin.
Fecha de nacimiento: 19 - Enero – 1998.
Carrera cursada: Derecho penal y criminología.
Fraternidad: Sigma Alpha Epsilon.
Club de Boxeo.
Historia: Moon se crió en un orfanato a las afueras de Seúl tras que sus padres fueran asesinados sin razón aparente, o a menos a ojos de la joven muchacha que apenas tenía seis años de edad.
La estancia en este fue tranquila, las mujeres que cuidaban de los niños eran amables con ella y los demás niños, aunque siempre había días en los que estas bebían más de la cuenta y bañaban a los niños con el alcohol que caía de sus botellas que estrellaban en las paredes, haciendo que más de uno de los niños que hubiera allí terminara con algún rasguño.
Un año después y con siete años de edad, las mujeres llevaron a un niño un año menor que la chica, algo débil a los ojos de la muchacha que ya había empezado a tener un carácter reacio y sobre protector con los más pequeños del lugar, y aquél chico no sería menos.
Casi dos años pasaron desde la llegada de Hunt a aquél hogar y tras eso, ambos se cuidaron como hermanos de sangre, la pequeña sólo confiaba en él y por lo que se veía, el chico sólo lo hacía en ella, así que había protestado una y otra vez a todas las familias que venían a adoptar que ella sólo se iría si Hunt iba con ella, y así fue. Justo a los dos años de llegar el más pequeño y de que la chica cumpliera tres en aquél mal lugar (pues con el paso del tiempo aquello había empeorado considerablemente) , una familia irlandesa decidió adoptar a los dos muchachos, haciendo que ambos terminaran por vivir en aquella bella tierra lejos de mujeres borrachas y desatenciones.
La familia Aylwin decidió dejar sus nombres asiáticos y tan sólo añadir su nuevo apellido, y tras muchos años, ambos aprendieron el idioma hasta llegar a hablarlo cómo si lo hubieran nacido allí mismo.
Tras el paso de los años y con la edad suficiente, ambos hijos adoptivos de los Aylwin terminaron por ser becados en la Universidad de Princeton (cada uno en su especialidad), mudándose así lejos de Irlanda, prometiendo siempre estar en contacto con sus padres.
Moon se decantó por la carrera de derecho y criminología tras haber conseguido la puntuación necesaria para ambas.
Personalidad: Moon es una chica de carácter fuerte y no teme a decir lo que piensa, es sobre protectora con su hermano menor y le importa bien poco lo que la gente opine de ella. No se considera muy femenina y odia ante todo las cosas elegantes y extravagantes. Suele hacer pocos amigos, pero los que tiene los cuida cómo si su vida dependiera de ello.
FC: Moon Hyun Ah.
OCUPADO.
♚ Nombre:
Dominic Järvinen
♚ Edad:
22 años.
♚ Historia:
Nació en Bélgica, bajo el techo de una familia bastante humilde, la que constaba de sus dos padres y de una hermana pequeña, Sophie, por la cual sentía adoración. Desde muy pequeño, Dominic la protegía como si no hubiera mañana pues para él Sophie era su pequeño tesoro.
Con apenas diez años, sus padres se separaron por las diversas disputas que entre ambos había. Él se quedó con su madre y su padre se llevó a la niña de ocho. Dom empezó a comportarse de forma diferente; pasó de ser un niño adorable y abierto a todo lo contrario.
En el colegio empezó a no hacer caso a lo que le decía la gente e iba completamente por libre. Se encerró en sí mismo.
Las únicas veces que volvía a ser medianamente él mismo era cuando podía ver a su hermana en los recreos, pues aún seguían yendo a la misma escuela, cosa que le reconfortaba un poco. Después de ese pequeño descanso, su actitud volvía a ser la misma.
El primer año de instituto de Dominic, su madre encontró a un hombre con el que empezó una relación. Era de bastante poder adquisitivo, pues poseía una editora de revistas de moda y una empresa de marketing. Al joven no le gustaba nada aquel hombre porque le daba la sensación de que quería arrebatarle a su madre, pero con el tiempo fue adaptándose a su presencia.
Tenía una nueva vida, una nueva casa —pues se habían mudado con aquel hombre— y nuevos amigos. Había pasado a ser de los populares del instituto apenas sin comerlo ni beberlo. Iba de fiesta en fiesta con sus amigos y las chicas iban detrás de él como moscas, por lo que comenzó a tratarlas como objetos. Él solo quería disfrutar, no quería ataduras. A decir verdad, le daban igual los sentimientos ajenos, pues él a veces carecía de ellos. O, al menos, eso quería dar a ver.
A veces tenía tanta rabia contenida que ya no sabía cómo soltarla, pero un día comenzó a practicar boxeo con un amigo y en ello encontró algo con lo que podía desfogarse. En sus horas libres boxeaba y en el instituto practicaba fútbol americano. El deporte empezó a ser uno de sus hobbies y, gracias a ello dejó, dentro de lo que cabe, a un lado la ira que tenía contenida.
Siguió manteniendo el contacto con su hermana, si no llamaba uno; llamaba el otro hasta que, a los 16, padrastro de Dom le compró una moto y con ella podía ir a ver a Sophie siempre que quisiera. Eso le alegró un poco, aunque por fuera no lo mostrara.
Una noche recibió una llamada de su hermana y escucharla llorando le quebró el alma así que sin pensarlo dos veces fue donde ella se encontraba. Al verla llena de moretones y con sangre por la cara mientras lloraba un calor inmenso se apoderó de él. Alterado le preguntó a Sophie que quién había hecho eso, él no quería gritarle, pero no pudo evitarlo en aquel momento. Cuando supo que fue el novio de la joven de apenas 14 años, fue a buscarle.
En ese momento no pensaba, no era consciente de sus actos y, sinceramente, tampoco quería serlo. Ese asqueroso se merecía lo peor y él se lo iba a dar sin importarle lo que pasase.
Cuando le encontró se abalanzó sobre él dejándole caer al suelo para luego ponerse encima suya. Comenzó a asestarle golpes por la cara sin darle margen a defenderse, le golpeó todo lo fuerte que pudo hasta que notó como unos fuertes brazos intentaban separarle del cuerpo del joven contrario. Lo único que escuchaba de fondo era la voz de su hermana diciendo entre lágrimas “¡Dominic, para! ¡Le vas a matar!”, pero él no paraba ni aunque estuvieran intentando separarle, aunque tuvo que hacerlo a la fuerza, pues los brazos que ejercían fuerza hacia atrás hicieron que se separara del chico.
Con la respiración entrecortada intentando zafarse del amarre de quién le había sujetado, empezó a tranquilizarse un poco. Era su padre. Sophie le había llamado preocupada de lo que hubiera podido pasar si su hermano mayor seguía pegándole al que era su novio.
Después de aquello, el ex novio de Sophie estuvo dos días ingresado, pero la familia decidió no denunciar a Dominic por lo que él le había hecho antes a su hermana, así, ambos quedarían libres de cargos.
Dom empezó a interesarse por los temas fiscales tras el incidente y decidió que iba a estudiar criminología. También se decantó por ello porque así podría hacer justicia.
Estudió como nunca antes lo había hecho para tener una de las mejores calificaciones de su clase. Luego, sus padres le dieron a elegir entre varias de las universidades más prestigiosas y se decantó por Princeton.
♚ Personalidad:
Dominic es un chico bastante cerrado en lo que respecta sus sentimientos. No suele mostrar qué es lo que le pasa, pues piensa que si lo hace, le da a los demás la capacidad de hacerle daño.
Es bastante frío y a veces llega a ser demasiado arrogante. No le gusta que le agobien ni le atosiguen y no soporta que le obliguen a hacer las cosas. Solo las hace si él quiere, pues tiene como norma “no acatar órdenes”.
Normalmente tiene aspecto de estar enfadado aunque, por norma general, no lo esté. Eso sí; es mejor no hacerle enfadar porque a veces no es consciente de sus actos.
♚ Curso:
Tercero
♚ Estudios que cursa en la universidad:
Criminología.
♚ Fraternidad o hermandad a la que pertenece:
Delta Delta Delta.
♚ Clubes a los que pertenece:
Equipo de fútbol americano
♚ FC:
Herman Tømmeraas
♚ Curiosidades:
✶ Usa mucho la ironía y el sarcasmo en su día a día.
✶ Cuando se enfada usa el deporte como desfogue, pues es lo único que le tranquiliza.
✶ Desde que pasó lo de su hermana, no deja que ningún hombre le ponga la mano encima a una mujer o le falte el respeto.
✶ Cuando se agobia demasiado sale a correr.
✶ Su comida favorita es la pasta, a veces se salta la dieta por culpa de ella.
♚ Nombre:
Dominic Järvinen
♚ Edad:
22 años.
♚ Historia:
Nació en Bélgica, bajo el techo de una familia bastante humilde, la que constaba de sus dos padres y de una hermana pequeña, Sophie, por la cual sentía adoración. Desde muy pequeño, Dominic la protegía como si no hubiera mañana pues para él Sophie era su pequeño tesoro.
Con apenas diez años, sus padres se separaron por las diversas disputas que entre ambos había. Él se quedó con su madre y su padre se llevó a la niña de ocho. Dom empezó a comportarse de forma diferente; pasó de ser un niño adorable y abierto a todo lo contrario.
En el colegio empezó a no hacer caso a lo que le decía la gente e iba completamente por libre. Se encerró en sí mismo.
Las únicas veces que volvía a ser medianamente él mismo era cuando podía ver a su hermana en los recreos, pues aún seguían yendo a la misma escuela, cosa que le reconfortaba un poco. Después de ese pequeño descanso, su actitud volvía a ser la misma.
El primer año de instituto de Dominic, su madre encontró a un hombre con el que empezó una relación. Era de bastante poder adquisitivo, pues poseía una editora de revistas de moda y una empresa de marketing. Al joven no le gustaba nada aquel hombre porque le daba la sensación de que quería arrebatarle a su madre, pero con el tiempo fue adaptándose a su presencia.
Tenía una nueva vida, una nueva casa —pues se habían mudado con aquel hombre— y nuevos amigos. Había pasado a ser de los populares del instituto apenas sin comerlo ni beberlo. Iba de fiesta en fiesta con sus amigos y las chicas iban detrás de él como moscas, por lo que comenzó a tratarlas como objetos. Él solo quería disfrutar, no quería ataduras. A decir verdad, le daban igual los sentimientos ajenos, pues él a veces carecía de ellos. O, al menos, eso quería dar a ver.
A veces tenía tanta rabia contenida que ya no sabía cómo soltarla, pero un día comenzó a practicar boxeo con un amigo y en ello encontró algo con lo que podía desfogarse. En sus horas libres boxeaba y en el instituto practicaba fútbol americano. El deporte empezó a ser uno de sus hobbies y, gracias a ello dejó, dentro de lo que cabe, a un lado la ira que tenía contenida.
Siguió manteniendo el contacto con su hermana, si no llamaba uno; llamaba el otro hasta que, a los 16, padrastro de Dom le compró una moto y con ella podía ir a ver a Sophie siempre que quisiera. Eso le alegró un poco, aunque por fuera no lo mostrara.
Una noche recibió una llamada de su hermana y escucharla llorando le quebró el alma así que sin pensarlo dos veces fue donde ella se encontraba. Al verla llena de moretones y con sangre por la cara mientras lloraba un calor inmenso se apoderó de él. Alterado le preguntó a Sophie que quién había hecho eso, él no quería gritarle, pero no pudo evitarlo en aquel momento. Cuando supo que fue el novio de la joven de apenas 14 años, fue a buscarle.
En ese momento no pensaba, no era consciente de sus actos y, sinceramente, tampoco quería serlo. Ese asqueroso se merecía lo peor y él se lo iba a dar sin importarle lo que pasase.
Cuando le encontró se abalanzó sobre él dejándole caer al suelo para luego ponerse encima suya. Comenzó a asestarle golpes por la cara sin darle margen a defenderse, le golpeó todo lo fuerte que pudo hasta que notó como unos fuertes brazos intentaban separarle del cuerpo del joven contrario. Lo único que escuchaba de fondo era la voz de su hermana diciendo entre lágrimas “¡Dominic, para! ¡Le vas a matar!”, pero él no paraba ni aunque estuvieran intentando separarle, aunque tuvo que hacerlo a la fuerza, pues los brazos que ejercían fuerza hacia atrás hicieron que se separara del chico.
Con la respiración entrecortada intentando zafarse del amarre de quién le había sujetado, empezó a tranquilizarse un poco. Era su padre. Sophie le había llamado preocupada de lo que hubiera podido pasar si su hermano mayor seguía pegándole al que era su novio.
Después de aquello, el ex novio de Sophie estuvo dos días ingresado, pero la familia decidió no denunciar a Dominic por lo que él le había hecho antes a su hermana, así, ambos quedarían libres de cargos.
Dom empezó a interesarse por los temas fiscales tras el incidente y decidió que iba a estudiar criminología. También se decantó por ello porque así podría hacer justicia.
Estudió como nunca antes lo había hecho para tener una de las mejores calificaciones de su clase. Luego, sus padres le dieron a elegir entre varias de las universidades más prestigiosas y se decantó por Princeton.
♚ Personalidad:
Dominic es un chico bastante cerrado en lo que respecta sus sentimientos. No suele mostrar qué es lo que le pasa, pues piensa que si lo hace, le da a los demás la capacidad de hacerle daño.
Es bastante frío y a veces llega a ser demasiado arrogante. No le gusta que le agobien ni le atosiguen y no soporta que le obliguen a hacer las cosas. Solo las hace si él quiere, pues tiene como norma “no acatar órdenes”.
Normalmente tiene aspecto de estar enfadado aunque, por norma general, no lo esté. Eso sí; es mejor no hacerle enfadar porque a veces no es consciente de sus actos.
♚ Curso:
Tercero
♚ Estudios que cursa en la universidad:
Criminología.
♚ Fraternidad o hermandad a la que pertenece:
Delta Delta Delta.
♚ Clubes a los que pertenece:
Equipo de fútbol americano
♚ FC:
Herman Tømmeraas
♚ Curiosidades:
✶ Usa mucho la ironía y el sarcasmo en su día a día.
✶ Cuando se enfada usa el deporte como desfogue, pues es lo único que le tranquiliza.
✶ Desde que pasó lo de su hermana, no deja que ningún hombre le ponga la mano encima a una mujer o le falte el respeto.
✶ Cuando se agobia demasiado sale a correr.
✶ Su comida favorita es la pasta, a veces se salta la dieta por culpa de ella.
OCUPADA.
— Nombre: Audrey Blake.
— Edad: Diecinueve años.
— Historia:
Hija de Thomas y Octavia Blake quiénes trabajan para Harrison y Lorna Clayton, dueños de una de las plantas Automotoras mas importantes de Europa. Ellos trabajaban de guardaespaldas y cocinera de la familia respectivamente. Audrey tuvó una infancia muy humilde pero fue muy feliz. Se crió jugando con los hijos de los distintos empleados de la familia Clayton y también con James, el primogénito de la familia, quién fue criado también prácticamente por los padres de esta. Desde muy pequeña ha sido muy desinteresada y siempre le ha gustado escuchar a las personas y ayudarles en lo máximo posible por esto mismo siempre tuvo claro que quería realizar un trabajo altruista así que finalmente se decantó por estudiar Trabajo Social gracias a las beca que se le concedió por sus honores durante el instituto.
— Curso: Segundo.
— Carrera: Trabajo Social.
— Personalidad:
• Audrey es una chica muy carismática e inteligente lo que la lleva a ser a menudo el centro de atención aunque no es lo que busca.
• Es una chica amable y de gran corazón con la que es fácil hacer amistad.
• Es muy inteligente pero lo que más destaca de ella es lo trabajadora que es.
• Es muy perfeccionista y competitiva, rasgos que no se asocian a ella de primera mano.
— Fraternidad: Sigma Alpha Epsilon.
— Clubes: Equipo de animadoras
— FC: Candice Accola
— Curiosidades:
• Es parte del equipo de animadoras.
• Tiene dos hermanos pequeños mellizos a los que adora, Tyler y Dylan.
• A pesar de sus diferencias en muchos aspectos con James,lo considera su mejor amigo y la ha defendido siempre.
• Aunque es una chica muy guapa y ha tenido bastantes pretendientes, nunca ha tenido una pareja seria.
— Nombre: Audrey Blake.
— Edad: Diecinueve años.
— Historia:
Hija de Thomas y Octavia Blake quiénes trabajan para Harrison y Lorna Clayton, dueños de una de las plantas Automotoras mas importantes de Europa. Ellos trabajaban de guardaespaldas y cocinera de la familia respectivamente. Audrey tuvó una infancia muy humilde pero fue muy feliz. Se crió jugando con los hijos de los distintos empleados de la familia Clayton y también con James, el primogénito de la familia, quién fue criado también prácticamente por los padres de esta. Desde muy pequeña ha sido muy desinteresada y siempre le ha gustado escuchar a las personas y ayudarles en lo máximo posible por esto mismo siempre tuvo claro que quería realizar un trabajo altruista así que finalmente se decantó por estudiar Trabajo Social gracias a las beca que se le concedió por sus honores durante el instituto.
— Curso: Segundo.
— Carrera: Trabajo Social.
— Personalidad:
• Audrey es una chica muy carismática e inteligente lo que la lleva a ser a menudo el centro de atención aunque no es lo que busca.
• Es una chica amable y de gran corazón con la que es fácil hacer amistad.
• Es muy inteligente pero lo que más destaca de ella es lo trabajadora que es.
• Es muy perfeccionista y competitiva, rasgos que no se asocian a ella de primera mano.
— Fraternidad: Sigma Alpha Epsilon.
— Clubes: Equipo de animadoras
— FC: Candice Accola
— Curiosidades:
• Es parte del equipo de animadoras.
• Tiene dos hermanos pequeños mellizos a los que adora, Tyler y Dylan.
• A pesar de sus diferencias en muchos aspectos con James,lo considera su mejor amigo y la ha defendido siempre.
• Aunque es una chica muy guapa y ha tenido bastantes pretendientes, nunca ha tenido una pareja seria.
OCUPADO.
Nombre: Remington Tate.
Edad: 26 años.
Historia:
El luchador de Chicago Remington “Riptide” Tate es un misterio, incluso para sí mismo. Su mente es oscura y ligera, compleja y confusa. Algunas veces, sus acciones y estados de ánimo son cuidadosamente planeados, y en otras ocasiones giran fuera de control.
El hecho de saber el cómo, el cuándo y el donde más oportuno para cada situación, le llevaba a adentrarse aventuras de las que siempre llegaba a extraer lo suficiente para engrandecerse en todos los sentidos. Sin embargo, resulto ser bastante independiente, autosuficiente, solitario, reservado, integro, determinante, luego de ser víctima de ciertas sacudidas dañinas dentro de su entorno familiar. Características que, en diversas oportunidades, no habían sido empleadas de la forma más adecuada.
Sumido en su propio mundo sin necesidad de crear vínculos externos. Eran pocos los que realmente lo conocían, y por tanto, apreciaban el más allá que solía ser cubierto por aquella capa de indiferencia sumergida en diversos resquemores llevados por el pasado.
Nacido en las afueras de Chicago, bajo el cuidado de una adorable mujer que sobrepasaba los veinte. Siendo joven, valiente, y admirable, nunca permitió que los tratos de su intrépido esposo destruyera el hermoso corazón que conservaba su hijo. Para Remington, Riley, era la mejor compañía, creación, e intención del mundo. Veía tanta esperanza en su madre, tanta bondad, tanta sinceridad, que le fue inevitable verse entre la oscuridad desde el primer instante en el que supo que le había perdido.
A partir de los diez, ya sin contar con la presencia de su madre, se encuentra con un nuevo estilo de vida completamente adverso al que Riley le daba. El daño físico tanto como psicológico por parte su padre, no solo le afecto de forma que este tomará decisiones quizá no muy convincentes para su capacidad general. En la preparatoria, era respetado, e incluso uno de los estudiantes más atractivos e inteligentes del instituto. Mas sin embargo, muy retraído, lleno de misterio, y en ocasiones secretos que no tardaban en ser descubiertos. Para la fortuna de Remington, nunca le interesó la forma de como lo miraran las demás personas a raíz de sus decisiones.
Mucho antes de sobrepasar los quince, es separado de su padre por manos de su vecina, Lily, quien se topa con Remington terriblemente herido debido al maltrato que este le ofrecía. Esto lo llevó a residir en un orfanato donde perduró pocos meses luego de la presencia de dos mujeres casadas de origen Europeo que fueron capaces de mirar mucho más allá de aquella diferencia marginal. Lo quisieron como a un hijo. Para Remington, ver que de alguna manera podría revivir el recuerdo maternal de Riley en ellas, fue un alivio del que le fue difícil adaptarse.
Muchas cosas mejoraron pero aún existían aquellos resquemores que le hacían sentir inconforme. A los 17 concluye su primera pelea clandestina, donde enseguida es considerado como miembro estrella, obteniendo el suficiente reconocimiento por parte de las calles de Chicago. Esto, no solo le da nuevas vías para establecerse, sino que le da una nueva pasión, que desde ese entonces, había sido determinada como la pelea.
Mujeres, alcohol, diversión sin límites. Fueron factores que siempre anduvieron presentes en la vida de Remington Tate, pero de los cual las pocas veces le extraía el provecho esperado por los testigos. En ocasiones, completamente comprometedor, en otras, lo adverso. Nada constante.
Pudo ser capaz de independizarse tan pronto como los excéntricos fondos ganados a raíz de su presencia en el ring tocaron sus cuentas bancarias. También, pudo ser capaz de pagar su universidad, emigrar a un país diferente, y ayudar a sus madres en todo lo que le fuera posible, nunca desatendiéndose de su cariño. Bien siendo consciente que de pronto, la descarga emocional sobre el ring se había convertido en su mayor aliada, el ahondo en el mundo de la justicia conservaba muchísimos más trasfondos importantes que representaban su personalidad, deseos y preferencias mayores.
Personalidad:
Reservado. Es un derivante de varios sentidos psicológicos que ya posee, más no obstante, le costará depositar su voluntad en mínimas cosas. No habla demasiado, no expresa demasiado. Sin embargo, sus valores y principios siempre han permanecido intactos.
Curioso, es una de las señas de identidad. Le interesa, prácticamente, todo. Le encanta aprender, charlar, escuchar, leer o simplemente mirar. Con gustos de lo más dispares. No tiene término medio. Le faltan vidas para poder hacer todo lo que le gustaría. Incrédulo. Le cuesta muchísimo creer en cosas que no pueden demostrarse. Pero, como es todo contradicción, sí que tiene cierta predilección por el destino. Algo de verdad, no cree que todo sea casualidad. Nosotros forjamos con nuestras decisiones el futuro, pero cree que hay algo de místico en ciertos aspectos.
Rencoroso. Lo cierto es que no puede desprenderse con facilidad de lo sucedido. Por mucho que pase el tiempo. En su caso, apenas cura nada.
Tajante. No suele caer en la flexibilidad, la modificación, cuando decide algo. No es excesivamente positivo, pero le es complicado dar marcha atrás. Con personas, con proyectos, con todo.
Soñador. En grandes cantidades. La idea de fantasear es algo que lleva implícito. Con cualquier cosa, en cualquier momento. Esto también le lleva a sorprender. Ya que si tiene la confianza oportuna no le importa compartir, ciertas cosas, con la persona adecuada.
Exigente. No solo con si mismo, sino con los demás. Probablemente de ahí derive su reserva, su distancia, su poca facilidad para confiar. Es muy inconformista, y eso acaba pasando factura. Nunca le sirve nada, siempre quiere más o aspira a más. Y se da cuenta de que ese mecanismo igual no es el idóneo, pero le cuesta mucho encontrar satisfacción.
Independiente. Desde que era muy pequeño, apenas ha pedido ayuda, a pesar de tenerla a su disposición continuamente, porque ser autosuficiente ha sido vital para él. Debes intentar solucionar tus cosas, tú solo. Pero ahora, comprendo que es mejor compartirlas, o al menos necesario en algún momento. Otra cosa es que lo lleve a cabo.
Maduro, y por ende responsable. Siempre ha sido bastante consecuente, quizá más de lo que debería. Y aunque he tenido sus locuras ha sabido hacerse cargo de ellas. Asumir cuáles son sus actos, o aquellos que deja que se den. Las responsabilidades hacen que se crezca, no titubea ante ellas.
Expresivo. A pesar de que cuando la situación requiere cierto disimulo, se emplea a fondo para que sea un éxito, en la mayor parte de los casos no evita mostrar facial y corporalmente su estado. Tanto para lo positivo, como lo negativo. Dice mucho sin necesidad de abrir la boca. Pero también existen aquellos plazos de inexpresividad que suelen crear interpretaciones un tanto retorcidas de él por parte de resto. Estos, suelen estar mucho más tiempo presentes en su vida que el estado contrario.
Neutro. Quizás se tilde de injusto, pero repara en cuanto la insensibilidad e indiferencia se trata. No con pasiones, ni personas, sino con aquellos pesados discursos que tienen a ahondar de mala manera el prejuicio humano. Cosas, que para incluso la mayoría suena interesante, resulta completamente adicional para el cerebro del boxeador.
Curso: Cuarto.
Estudios que cursa en la universidad: Periodismo.
Fraternidad o hermandad a la que pertenece: Delta Delta Delta.
Clubes a los que pertenece: Club de Boxeo.
FC: Jamie Dornan.
Curiosidades:
Su familia consta de sus dos madres adoptivas, tíos, primos y abuelos. Todos residentes en diversas partes de Estados Unidos.
El poder adquisitivo de Remington se duplica de manera rápida y efectiva a través de su participación en el mundo de la pelea. De esta manera, no es novedad verle elaborando giras nacionales e internacionales. Más sin embargo, en el momento que decide emprender sus estudios, su participación disminuye por temporadas, y gracias a su manager y la línea de asistentes que se le es brindada como integrante, sus fondos no son acortados y su imagen no es opacada a pesar de su breve participación.
Mensualmente, trae a su familia a Europa. Cuenta con un apartamento lujoso, en el que se establece únicamente cuando su familia se presenta.
A pesar de ser bajo su propia vía una figura famosa, adinerada y destacable, no pierde su nivel moral ante cualquier situación. Cuenta con valores, principios, sentido común y de pertenencia. Se encarga de valorar al prójimo, nunca juzgarlo, ni entrometerse en cosas que no le incumben. De la misma manera, muy pocas veces permite verse envuelto a profundidad socialmente hablando. Son pocos los que se han arriesgado a intervenir en contra a esa coraza de hierro que lo aparta mucho del hombre que con el tiempo, paso a definirse.
Nombre: Remington Tate.
Edad: 26 años.
Historia:
El luchador de Chicago Remington “Riptide” Tate es un misterio, incluso para sí mismo. Su mente es oscura y ligera, compleja y confusa. Algunas veces, sus acciones y estados de ánimo son cuidadosamente planeados, y en otras ocasiones giran fuera de control.
El hecho de saber el cómo, el cuándo y el donde más oportuno para cada situación, le llevaba a adentrarse aventuras de las que siempre llegaba a extraer lo suficiente para engrandecerse en todos los sentidos. Sin embargo, resulto ser bastante independiente, autosuficiente, solitario, reservado, integro, determinante, luego de ser víctima de ciertas sacudidas dañinas dentro de su entorno familiar. Características que, en diversas oportunidades, no habían sido empleadas de la forma más adecuada.
Sumido en su propio mundo sin necesidad de crear vínculos externos. Eran pocos los que realmente lo conocían, y por tanto, apreciaban el más allá que solía ser cubierto por aquella capa de indiferencia sumergida en diversos resquemores llevados por el pasado.
Nacido en las afueras de Chicago, bajo el cuidado de una adorable mujer que sobrepasaba los veinte. Siendo joven, valiente, y admirable, nunca permitió que los tratos de su intrépido esposo destruyera el hermoso corazón que conservaba su hijo. Para Remington, Riley, era la mejor compañía, creación, e intención del mundo. Veía tanta esperanza en su madre, tanta bondad, tanta sinceridad, que le fue inevitable verse entre la oscuridad desde el primer instante en el que supo que le había perdido.
A partir de los diez, ya sin contar con la presencia de su madre, se encuentra con un nuevo estilo de vida completamente adverso al que Riley le daba. El daño físico tanto como psicológico por parte su padre, no solo le afecto de forma que este tomará decisiones quizá no muy convincentes para su capacidad general. En la preparatoria, era respetado, e incluso uno de los estudiantes más atractivos e inteligentes del instituto. Mas sin embargo, muy retraído, lleno de misterio, y en ocasiones secretos que no tardaban en ser descubiertos. Para la fortuna de Remington, nunca le interesó la forma de como lo miraran las demás personas a raíz de sus decisiones.
Mucho antes de sobrepasar los quince, es separado de su padre por manos de su vecina, Lily, quien se topa con Remington terriblemente herido debido al maltrato que este le ofrecía. Esto lo llevó a residir en un orfanato donde perduró pocos meses luego de la presencia de dos mujeres casadas de origen Europeo que fueron capaces de mirar mucho más allá de aquella diferencia marginal. Lo quisieron como a un hijo. Para Remington, ver que de alguna manera podría revivir el recuerdo maternal de Riley en ellas, fue un alivio del que le fue difícil adaptarse.
Muchas cosas mejoraron pero aún existían aquellos resquemores que le hacían sentir inconforme. A los 17 concluye su primera pelea clandestina, donde enseguida es considerado como miembro estrella, obteniendo el suficiente reconocimiento por parte de las calles de Chicago. Esto, no solo le da nuevas vías para establecerse, sino que le da una nueva pasión, que desde ese entonces, había sido determinada como la pelea.
Mujeres, alcohol, diversión sin límites. Fueron factores que siempre anduvieron presentes en la vida de Remington Tate, pero de los cual las pocas veces le extraía el provecho esperado por los testigos. En ocasiones, completamente comprometedor, en otras, lo adverso. Nada constante.
Pudo ser capaz de independizarse tan pronto como los excéntricos fondos ganados a raíz de su presencia en el ring tocaron sus cuentas bancarias. También, pudo ser capaz de pagar su universidad, emigrar a un país diferente, y ayudar a sus madres en todo lo que le fuera posible, nunca desatendiéndose de su cariño. Bien siendo consciente que de pronto, la descarga emocional sobre el ring se había convertido en su mayor aliada, el ahondo en el mundo de la justicia conservaba muchísimos más trasfondos importantes que representaban su personalidad, deseos y preferencias mayores.
Personalidad:
Reservado. Es un derivante de varios sentidos psicológicos que ya posee, más no obstante, le costará depositar su voluntad en mínimas cosas. No habla demasiado, no expresa demasiado. Sin embargo, sus valores y principios siempre han permanecido intactos.
Curioso, es una de las señas de identidad. Le interesa, prácticamente, todo. Le encanta aprender, charlar, escuchar, leer o simplemente mirar. Con gustos de lo más dispares. No tiene término medio. Le faltan vidas para poder hacer todo lo que le gustaría. Incrédulo. Le cuesta muchísimo creer en cosas que no pueden demostrarse. Pero, como es todo contradicción, sí que tiene cierta predilección por el destino. Algo de verdad, no cree que todo sea casualidad. Nosotros forjamos con nuestras decisiones el futuro, pero cree que hay algo de místico en ciertos aspectos.
Rencoroso. Lo cierto es que no puede desprenderse con facilidad de lo sucedido. Por mucho que pase el tiempo. En su caso, apenas cura nada.
Tajante. No suele caer en la flexibilidad, la modificación, cuando decide algo. No es excesivamente positivo, pero le es complicado dar marcha atrás. Con personas, con proyectos, con todo.
Soñador. En grandes cantidades. La idea de fantasear es algo que lleva implícito. Con cualquier cosa, en cualquier momento. Esto también le lleva a sorprender. Ya que si tiene la confianza oportuna no le importa compartir, ciertas cosas, con la persona adecuada.
Exigente. No solo con si mismo, sino con los demás. Probablemente de ahí derive su reserva, su distancia, su poca facilidad para confiar. Es muy inconformista, y eso acaba pasando factura. Nunca le sirve nada, siempre quiere más o aspira a más. Y se da cuenta de que ese mecanismo igual no es el idóneo, pero le cuesta mucho encontrar satisfacción.
Independiente. Desde que era muy pequeño, apenas ha pedido ayuda, a pesar de tenerla a su disposición continuamente, porque ser autosuficiente ha sido vital para él. Debes intentar solucionar tus cosas, tú solo. Pero ahora, comprendo que es mejor compartirlas, o al menos necesario en algún momento. Otra cosa es que lo lleve a cabo.
Maduro, y por ende responsable. Siempre ha sido bastante consecuente, quizá más de lo que debería. Y aunque he tenido sus locuras ha sabido hacerse cargo de ellas. Asumir cuáles son sus actos, o aquellos que deja que se den. Las responsabilidades hacen que se crezca, no titubea ante ellas.
Expresivo. A pesar de que cuando la situación requiere cierto disimulo, se emplea a fondo para que sea un éxito, en la mayor parte de los casos no evita mostrar facial y corporalmente su estado. Tanto para lo positivo, como lo negativo. Dice mucho sin necesidad de abrir la boca. Pero también existen aquellos plazos de inexpresividad que suelen crear interpretaciones un tanto retorcidas de él por parte de resto. Estos, suelen estar mucho más tiempo presentes en su vida que el estado contrario.
Neutro. Quizás se tilde de injusto, pero repara en cuanto la insensibilidad e indiferencia se trata. No con pasiones, ni personas, sino con aquellos pesados discursos que tienen a ahondar de mala manera el prejuicio humano. Cosas, que para incluso la mayoría suena interesante, resulta completamente adicional para el cerebro del boxeador.
Curso: Cuarto.
Estudios que cursa en la universidad: Periodismo.
Fraternidad o hermandad a la que pertenece: Delta Delta Delta.
Clubes a los que pertenece: Club de Boxeo.
FC: Jamie Dornan.
Curiosidades:
Su familia consta de sus dos madres adoptivas, tíos, primos y abuelos. Todos residentes en diversas partes de Estados Unidos.
El poder adquisitivo de Remington se duplica de manera rápida y efectiva a través de su participación en el mundo de la pelea. De esta manera, no es novedad verle elaborando giras nacionales e internacionales. Más sin embargo, en el momento que decide emprender sus estudios, su participación disminuye por temporadas, y gracias a su manager y la línea de asistentes que se le es brindada como integrante, sus fondos no son acortados y su imagen no es opacada a pesar de su breve participación.
Mensualmente, trae a su familia a Europa. Cuenta con un apartamento lujoso, en el que se establece únicamente cuando su familia se presenta.
A pesar de ser bajo su propia vía una figura famosa, adinerada y destacable, no pierde su nivel moral ante cualquier situación. Cuenta con valores, principios, sentido común y de pertenencia. Se encarga de valorar al prójimo, nunca juzgarlo, ni entrometerse en cosas que no le incumben. De la misma manera, muy pocas veces permite verse envuelto a profundidad socialmente hablando. Son pocos los que se han arriesgado a intervenir en contra a esa coraza de hierro que lo aparta mucho del hombre que con el tiempo, paso a definirse.
OCUPADO.
⊙ Nombre:
Andrew (Andy) Graves
⊙Edad:
20 años.
⊙Historia:
Andrew Graves nació en una familia numerosa, contando entonces con 4 hermanos siendo el segundo más mayor pues tras él iban los gemelos. No habían chicas en la familia salvo su madre así que la casa era un continuo caos de niños gritándose, pataleando, y peleándose unos contra otros pues así era la familia.
Su infancia fue como la de cualquier niño, desde jugar en parques y darse mil y un golpes hasta empezar el instituto como alguien crecido y con las hormonas por los aires. Pero, a pesar de las pellas, los ligues y las clases de no hacer nada… la vida de Andy comenzó a torcerse cuando sus padres se separaron, parecía que se ponía de moda eso de separarse por aquel entonces pues la mayoría de sus amigos estaban igual. En un momento de ira, su madre decidió llevarse a los gemelos con ella y le dejó a él y su hermano con su padre que en aquel entonces, dependía más de la bebida que de la propia vida. ¿Acaso su madre se había olvidado de él y no lo quería? Las dudas llegaron a su cabeza como piedras que buscaban herirle, pero para alivio tenía a su hermano hasta que este, entró en la universidad y se olvidó de él también. Solo dos en la casa, a veces incluso solo uno porque Andy alargaba su caminata hacia aquello que debía llamar ‘hogar’ hasta la madrugada o más, simplemente esperaba a que su padre se durmiera y así, evitar acabar con algún trozo de vidrio en la piel.
Pasó el tiempo y comenzó a estudiar, quién lo diría, Andrew Graves estudiando. Solo quería escapar de allí para no tener nada que ver con su apellido. Se centró sobretodo en trabajar su cuerpo, apuntándose a varios equipos de fútbol americano o también llamado: rugby. Tenía claro que iba a sacar lo mejor de él con tal de escapar pues a pesar de no ser un ‘cerebrito’, sabía apañárselas. El último año, se había hecho capitán de su propio equipo y por los pasillos lo respetaban como al que más, le gustaba ese poder. Al acabar el curso, le tocaba la siguiente aventura: La Universidad. Donde todos esos logros de antaño se convertirían en polvo que del viento sería tarea llevarse. Algo de miedo le daba comenzar pero, era lo que siempre había querido.
⊙Personalidad:
A vista exterior, Andy es el típico joven que le encanta pasarlo bien. Se muestra siempre alegre y bromista, como alguien que no le importan las consecuencias de sus actos.
Es confiado tanto en sus actos como en la gente pues nunca tiene una mala visión de alguien ya que todo el mundo merece una segunda oportunidad y sobretodo, no ser olvidado por ello nunca dejará a alguien solo pues a él le gusta la compañía.
Interiormente, tiene miedo de acabar como su modelo de vida: su padre. Tiene miedo de su ‘pequeño’ problema con la bebida y teme también que vaya a más con las drogas y consecuentes.
⊙Curso:
2º año.
⊙Estudios que cursa en la universidad:
Ciencias del deporte.
⊙Fraternidad o hermandad a la que pertenece:
Delta Delta Delta.
⊙Clubes a los que pertenece:
Club de fútbol americano.
⊙FC:
KJ Apa
⊙Curiosidades:
- No le gusta su nombre por eso se auto-bautizó como Andy.
- A pesar de parecer un cabeza de chorlito, es más inteligente de lo que uno puede esperar.
- Esconde una gran pasión por las letras y la música.
- Sabe tocar la guitarra desde pequeño gracias a su madre.
- Tiene una ninfa como mascota que se llama Jack Vader Man porque sabe silbar la banda sonora principal de Piratas del Caribe, Star Wars y Superman.
- Sabe hablar italiano, no preguntes por qué.
- Su pelo naranja es tintado, en verdad es castaño oscuro.
- Tiene alergia a los cacahuetes.
⊙ Nombre:
Andrew (Andy) Graves
⊙Edad:
20 años.
⊙Historia:
Andrew Graves nació en una familia numerosa, contando entonces con 4 hermanos siendo el segundo más mayor pues tras él iban los gemelos. No habían chicas en la familia salvo su madre así que la casa era un continuo caos de niños gritándose, pataleando, y peleándose unos contra otros pues así era la familia.
Su infancia fue como la de cualquier niño, desde jugar en parques y darse mil y un golpes hasta empezar el instituto como alguien crecido y con las hormonas por los aires. Pero, a pesar de las pellas, los ligues y las clases de no hacer nada… la vida de Andy comenzó a torcerse cuando sus padres se separaron, parecía que se ponía de moda eso de separarse por aquel entonces pues la mayoría de sus amigos estaban igual. En un momento de ira, su madre decidió llevarse a los gemelos con ella y le dejó a él y su hermano con su padre que en aquel entonces, dependía más de la bebida que de la propia vida. ¿Acaso su madre se había olvidado de él y no lo quería? Las dudas llegaron a su cabeza como piedras que buscaban herirle, pero para alivio tenía a su hermano hasta que este, entró en la universidad y se olvidó de él también. Solo dos en la casa, a veces incluso solo uno porque Andy alargaba su caminata hacia aquello que debía llamar ‘hogar’ hasta la madrugada o más, simplemente esperaba a que su padre se durmiera y así, evitar acabar con algún trozo de vidrio en la piel.
Pasó el tiempo y comenzó a estudiar, quién lo diría, Andrew Graves estudiando. Solo quería escapar de allí para no tener nada que ver con su apellido. Se centró sobretodo en trabajar su cuerpo, apuntándose a varios equipos de fútbol americano o también llamado: rugby. Tenía claro que iba a sacar lo mejor de él con tal de escapar pues a pesar de no ser un ‘cerebrito’, sabía apañárselas. El último año, se había hecho capitán de su propio equipo y por los pasillos lo respetaban como al que más, le gustaba ese poder. Al acabar el curso, le tocaba la siguiente aventura: La Universidad. Donde todos esos logros de antaño se convertirían en polvo que del viento sería tarea llevarse. Algo de miedo le daba comenzar pero, era lo que siempre había querido.
⊙Personalidad:
A vista exterior, Andy es el típico joven que le encanta pasarlo bien. Se muestra siempre alegre y bromista, como alguien que no le importan las consecuencias de sus actos.
Es confiado tanto en sus actos como en la gente pues nunca tiene una mala visión de alguien ya que todo el mundo merece una segunda oportunidad y sobretodo, no ser olvidado por ello nunca dejará a alguien solo pues a él le gusta la compañía.
Interiormente, tiene miedo de acabar como su modelo de vida: su padre. Tiene miedo de su ‘pequeño’ problema con la bebida y teme también que vaya a más con las drogas y consecuentes.
⊙Curso:
2º año.
⊙Estudios que cursa en la universidad:
Ciencias del deporte.
⊙Fraternidad o hermandad a la que pertenece:
Delta Delta Delta.
⊙Clubes a los que pertenece:
Club de fútbol americano.
⊙FC:
KJ Apa
⊙Curiosidades:
- No le gusta su nombre por eso se auto-bautizó como Andy.
- A pesar de parecer un cabeza de chorlito, es más inteligente de lo que uno puede esperar.
- Esconde una gran pasión por las letras y la música.
- Sabe tocar la guitarra desde pequeño gracias a su madre.
- Tiene una ninfa como mascota que se llama Jack Vader Man porque sabe silbar la banda sonora principal de Piratas del Caribe, Star Wars y Superman.
- Sabe hablar italiano, no preguntes por qué.
- Su pelo naranja es tintado, en verdad es castaño oscuro.
- Tiene alergia a los cacahuetes.
OCUPADA.
Nσмвяє; Theresa.
Aρєllιɗσѕ; Wachtell Forbes.
Eɗαɗ; 18 años.
Nαcισηαlιɗαɗ; Australiana.
Cαяяєяα; Derecho.
Fяαтєяηιɗαɗ; Kappa Alpha Theta.
Hιѕтσяια;
Theresa es bien conocida como la hija de Herbert Maurice Wachtell nacido el 24 de mayo de 1932, un rico abogado estadounidense de clase alta que obtiene su fortuna de la firma de abogados WLRK.
La madre de Theresa es hija de Charles Forbes, conocido como B. C. Forbes, éste fue un periodista financiero, escocés, que fundó la conocida revista Forbes, la cual heredó convirtiéndose en directora de ésta.
Con sus padres siendo tran prestigiosos en el mundo laboral Theresa creció bajo el seno de una familia acomodada, con dinero suficiente como para permitirse los caprichos que deseara.
El dinero le ayudó a llenar el vacío que unos padres tan sumidos en sus trabajos dejaba en su vida, la pelirroja había intentado absolutamente de todo para llamar su atención, anhelaba una muestra de afecto por sus progenitores, una reprimenda, preocupación, cualquier cosa que le hiciera sentirse querida por ellos.
En su primer intento, los primeros años de instituto, la joven se convirtió en la hija perfecta, siempre educada, amable e inteligente pues se dejaba la piel en sobresalir en todos los aspectos de su vida.
Se dio cuenta de que no valía para nada dejarse la piel en conseguir satisfacerles en su decimosexto cumpleaños, cuando se encontró sóla con su hermano en la cena de cumpleaños que habían concertado pues sus padres no se presentaron, destrozando a Tess que decidió cambiar de táctica y desmelenarse. Se convirtió en la adolescente más problematica que pudo, intentando acaparar portadas con su comportamiento deshonroso, las fiestas, el alcohol y los chicos se convirtieron en su día a día ocupando las horas que dedicaba al estudio en salir de compras o hacer bolos.
Los rumores sobre la pequeña de los Wachtell no tardaron en llegar a oídos de sus padres que, cansados de que su comportamiento mancipara el apellido en el que tanto habían trabajado, buscaron una solución para limpiar el nombre de su hija.
Herbert concertó un matrimonio arreglado para ella con el hijo mayor de uno de sus socios más cercanos lo que conseguiría la unión de ambos patrimonios y un lavado de cara a Theresa a la que querían convertir en mujer trofeo pues su padre había perdido toda esperanza en ella.
Cuando le comunicaron la noticia no pudo hacer otra cosa que reaccionar de forma negativa, sus padres la volvían a utilizar pensando en su propio bienestar lo que le abrió los ojos e hizo darse cuenta de que nunca podría tener lo que tanto anhelaba, una famila normal, mientras que la sed por dinero les controlara.
Consiguió hacer un trato con su padre el cual consistía en anular el compromiso si conseguía terminar con matrícula la carrera de Derecho, de ese modo conseguiría un puesto fijo en la empresa familiar mientras que su hermano pasaría a ser socio de su prometido para gestionar el bufete y con una nueva iniciativa, que era librarse del futuro planeado por sus padres, consiguió terminar el instituto con una nota alta que le facilitó beca en varias universidades aunque terminara escogiendo la misma a la que acudía su hermano, varios amigos y su prometido pues le movía la curiosidad por conocerle.
Pєяѕσηαlιɗαɗ;
Aún habiendo salido de su época más rebelde, su caracter frío y serio nunca se desvaneció con aquellos ajenos a su estatus social, haciendola más selectiva en cuanto a amistades se refiere, se creó una barrera; la chica seria de cara al exterior y completamente transparente y dulce con las pocas personas que se ganaron parte de su confianza.
Podría arrancarse los ojos antes que permitir que alguien le viera llorar o derrumbarse pues el nuevo trato con su padre incluía una limpieza de imágen, Tessa debía evitar llamar la atención a toda costa.
Tiene madera de lider y su inteligencia sólo es comparable con su ambición.
fc; Madelaine Petsch/Teresa Oman.
Nσмвяє; Theresa.
Aρєllιɗσѕ; Wachtell Forbes.
Eɗαɗ; 18 años.
Nαcισηαlιɗαɗ; Australiana.
Cαяяєяα; Derecho.
Fяαтєяηιɗαɗ; Kappa Alpha Theta.
Hιѕтσяια;
Theresa es bien conocida como la hija de Herbert Maurice Wachtell nacido el 24 de mayo de 1932, un rico abogado estadounidense de clase alta que obtiene su fortuna de la firma de abogados WLRK.
La madre de Theresa es hija de Charles Forbes, conocido como B. C. Forbes, éste fue un periodista financiero, escocés, que fundó la conocida revista Forbes, la cual heredó convirtiéndose en directora de ésta.
Con sus padres siendo tran prestigiosos en el mundo laboral Theresa creció bajo el seno de una familia acomodada, con dinero suficiente como para permitirse los caprichos que deseara.
El dinero le ayudó a llenar el vacío que unos padres tan sumidos en sus trabajos dejaba en su vida, la pelirroja había intentado absolutamente de todo para llamar su atención, anhelaba una muestra de afecto por sus progenitores, una reprimenda, preocupación, cualquier cosa que le hiciera sentirse querida por ellos.
En su primer intento, los primeros años de instituto, la joven se convirtió en la hija perfecta, siempre educada, amable e inteligente pues se dejaba la piel en sobresalir en todos los aspectos de su vida.
Se dio cuenta de que no valía para nada dejarse la piel en conseguir satisfacerles en su decimosexto cumpleaños, cuando se encontró sóla con su hermano en la cena de cumpleaños que habían concertado pues sus padres no se presentaron, destrozando a Tess que decidió cambiar de táctica y desmelenarse. Se convirtió en la adolescente más problematica que pudo, intentando acaparar portadas con su comportamiento deshonroso, las fiestas, el alcohol y los chicos se convirtieron en su día a día ocupando las horas que dedicaba al estudio en salir de compras o hacer bolos.
Los rumores sobre la pequeña de los Wachtell no tardaron en llegar a oídos de sus padres que, cansados de que su comportamiento mancipara el apellido en el que tanto habían trabajado, buscaron una solución para limpiar el nombre de su hija.
Herbert concertó un matrimonio arreglado para ella con el hijo mayor de uno de sus socios más cercanos lo que conseguiría la unión de ambos patrimonios y un lavado de cara a Theresa a la que querían convertir en mujer trofeo pues su padre había perdido toda esperanza en ella.
Cuando le comunicaron la noticia no pudo hacer otra cosa que reaccionar de forma negativa, sus padres la volvían a utilizar pensando en su propio bienestar lo que le abrió los ojos e hizo darse cuenta de que nunca podría tener lo que tanto anhelaba, una famila normal, mientras que la sed por dinero les controlara.
Consiguió hacer un trato con su padre el cual consistía en anular el compromiso si conseguía terminar con matrícula la carrera de Derecho, de ese modo conseguiría un puesto fijo en la empresa familiar mientras que su hermano pasaría a ser socio de su prometido para gestionar el bufete y con una nueva iniciativa, que era librarse del futuro planeado por sus padres, consiguió terminar el instituto con una nota alta que le facilitó beca en varias universidades aunque terminara escogiendo la misma a la que acudía su hermano, varios amigos y su prometido pues le movía la curiosidad por conocerle.
Pєяѕσηαlιɗαɗ;
Aún habiendo salido de su época más rebelde, su caracter frío y serio nunca se desvaneció con aquellos ajenos a su estatus social, haciendola más selectiva en cuanto a amistades se refiere, se creó una barrera; la chica seria de cara al exterior y completamente transparente y dulce con las pocas personas que se ganaron parte de su confianza.
Podría arrancarse los ojos antes que permitir que alguien le viera llorar o derrumbarse pues el nuevo trato con su padre incluía una limpieza de imágen, Tessa debía evitar llamar la atención a toda costa.
Tiene madera de lider y su inteligencia sólo es comparable con su ambición.
fc; Madelaine Petsch/Teresa Oman.
OCUPADO.
— Nombre: James Clayton.
— Fecha de nacimiento: 05/07/1998 [19 años]
— Carrera: Ingeniería Mecánica.
— Fraternidad: Delta Delta Delta.
— Historia: Hijo de Harrison y Lorna Clayton, dueños de una de las plantas Automotoras mas importantes de Europa, James creció rodeado de lujos y privilegios, aunque, como muchos de los típicos niños ricos, su infancia fue muy solitaria, ya que sus padres siempre estaban trabajado o de viaje, siendo el criado mayormente por la empleada de confianza de su familia y madre de su mejor amiga, Audrey. Cuando cumplió 18 decidió que quería seguir con el negoció familiar e ingresó a la universidad a estudiar Ingeniería Mecánica.
— Personalidad: James es extrovertido y confiado, también dotado con una gran inteligencia y memoria, saliendo mejor de su clase durante el instituto. Con respecto a la relaciones, él respeta mucho a las mujeres, pero nunca se ata emocionalmente con ellas más allá que un corto período de tiempo.
— Curiosidades: Es zurdo; forma parte del equipo de Football Americano en la posición de Cornerback; considera a Audrey su única amiga de verdad; es alérgico al maní; prefiere usar moto en vez de auto; su animal favorito son los gatos.
— FC: Paul Wesley.
— Nombre: James Clayton.
— Fecha de nacimiento: 05/07/1998 [19 años]
— Carrera: Ingeniería Mecánica.
— Fraternidad: Delta Delta Delta.
— Historia: Hijo de Harrison y Lorna Clayton, dueños de una de las plantas Automotoras mas importantes de Europa, James creció rodeado de lujos y privilegios, aunque, como muchos de los típicos niños ricos, su infancia fue muy solitaria, ya que sus padres siempre estaban trabajado o de viaje, siendo el criado mayormente por la empleada de confianza de su familia y madre de su mejor amiga, Audrey. Cuando cumplió 18 decidió que quería seguir con el negoció familiar e ingresó a la universidad a estudiar Ingeniería Mecánica.
— Personalidad: James es extrovertido y confiado, también dotado con una gran inteligencia y memoria, saliendo mejor de su clase durante el instituto. Con respecto a la relaciones, él respeta mucho a las mujeres, pero nunca se ata emocionalmente con ellas más allá que un corto período de tiempo.
— Curiosidades: Es zurdo; forma parte del equipo de Football Americano en la posición de Cornerback; considera a Audrey su única amiga de verdad; es alérgico al maní; prefiere usar moto en vez de auto; su animal favorito son los gatos.
— FC: Paul Wesley.